El amor de mi vida en Blablacar

En 2015 conocí al amor de mi vida.

Fue en uno de mis primeros viajes con Blablacar, a un precioso pueblo de la Costa Brava, Cadaqués. Una chica china me reservó 2 plazas para viajar en mi coche. Durante el trayecto me explicaron que la Mia, que hablaba buen castellano, llevaba un tiempo residiendo en Barcelona y que su hermana le estaba haciendo una visita desde China. Por eso Mia, que resultó ser una gran viajera, le quería mostrar el bonito pueblo de Cadaqués a su hermana. Durante el recorrido me quedé cautivado con la belleza y el carácter de Mia.

Conseguí su teléfono y quedamos al cabo de unos días en una discoteca de Barcelona a la cual Mia acudió con otras amigas de China. Entre ellas estaba Yun, una chica con la que intimé y con la cual la vida nos juntó por un buen periodo de tiempo. Salimos juntos unos 2 años, durante los cuales ella pasó un tiempo en mi casa y yo fui un mes a China con Yun a visitarla a su espectacular país.

Pero el destino siempre es caprichoso y tiene muchos giros de guion.

Al final mi relación sentimental con Yun terminó, dejando lugar a una bonita amistad.

Y resultó que otro día, al cabo de 6 años, en otro viaje en Blablacar, esta vez a un pueblo de la Costa Dorada, y acompañado por mi amiga francesa Lili, el destino nos trajo otra sorpresa: nos encontramos de casualidad con Mia, que se había ido sola de acampada a la playa. Ese encuentro se saldó con varias bebidas, abrazos, sonrisas y con la noche más bonita de mi vida en la que hicimos el amor con Mia por primera vez en mi furgoneta camper, bajo una luna espectacular y un manto de estrellas que cubría el cielo de esa bonita playa que siempre estará en mi corazón.

Allí empezamos una relación sentimental a la que no faltó ningún ingrediente: pasión, amor, desencuentros, celos, separación, infidelidades, reencuentros y una fuerte huella que quedó para siempre en mi alma. Pues, a pesar de todo, entendí que Mia era la mujer de mi vida.

Llevo ya casi dos años que no la he visto más. Y seguramente no vuelva a verla jamás.
Por eso sigo usando Blablacar, por si recibo una nueva reserva de Mia para poder empezar un nuevo viaje juntos.