Presiono el botón play y empieza a sonar The Trip de Still Corners. Cada vez que escucho música en el coche, me acuerdo de Sigfredo García, un conductor habitual de BlaBlaCar muy querido por su peculiar manera de entender el mundo. Al comenzar cada viaje, Sigfredo practica un ritual en el que propone elegir canciones por turnos durante el trayecto, con el objetivo de romper la barrera invisible que separa a los desconocidos creando una playlist musical única, compartida y democrática. «¡Como los griegos antiguos!», dice sonriente. El ofrecimiento sorprende, pero consigue generar una ambiente de cercanía desde el principio. Al fin y al cabo, durante unas horas, unos extraños comparten el mismo habitáculo con ruedas en movimiento.
Sigfredo actúa como catalizador humano del vehículo. Con su facilidad para radiografiar a las personas, aprovecha un gesto, un rasgo físico, una anécdota compartida o cualquier detalle para elegir canciones que puedan generar pequeños vínculos musicales con los demás. Siendo consciente de que no a todo el mundo le gusta la idea, casi siempre encuentra la manera de conectar con todos, incluidos los escépticos como yo.
Mi primer viaje con Sigfredo coincidió con una etapa personal de bloqueo emocional y físico. Ese día sólo quería llegar a San Sebastián para ver la clásica ciclista donde habría participado, de no ser por la caída tonta que había sufrido entrenando. Tras compartir el incidente con él, supo encontrar un tema que me arrancó una sonrisa: Lance Armstrong de Parquesvr. Una canción ácida y divertida que jugaba con la figura de un icono del ciclismo caído en desgracia; aunque su caída no se produjera por chocar contra un semáforo que se movió cruzándose en mi camino. Esa extraña canción abrió una línea de pensamiento que cambió mi estado de ánimo. No quería pensar en nada que tuviera relación con las bicicletas, de hecho, ni siquiera podía pedalear, pero sentí un inesperado alivio al escucharla.
Después, Sigfredo fue seleccionando canciones para los demás, basándose en detalles de las conversaciones, lugares que dejábamos atrás o carteles de la carretera. Poco a poco, fue creando pequeños vínculos entre todos nosotros. Sonaron canciones como Cowboys de la A3 de Arde Bogotá, Estado provisional de León Benavente, La Carretera de Julio Iglesias, Al Mar! de Manel o Highway 61 Revisited de Bob Dylan, …
Con el tiempo, hice varios viajes más con él, sin que importara el destino. Sólo quería volver a compartir unas horas de música, conversaciones y descubrimientos personales. Conservo las «playlists democráticas» de esos viajes y cada vez que las escucho me entran ganas de viajar, descubrir nueva gente y, sobre todo, vivir.
Play. Suena Ancient Highway de Van Morrison. Sonrío.
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