Contacte un blablacar como de costumbre, generalmente tienen buen precio y conducen chicos guapos. 

Llegué puntual como siempre, ingrese al coche, cuando me senté y vi al conductor fue como un flechazo.

Usualmente soy muy conversadora, entonces, comenzamos a hablar de amores y desamores. Al parecer teníamos mucho en común, a los dos nos rompieron el corazón.

Toda la conversación fluía muy bien, hasta me estaba ilusionando en verlo una próxima vez. Pero pronto se acabaría el viaje, los hermosos paisajes y la ilusión.

No me iba a dar por vencida, al final decidí preguntarle si en otra ocasión nos podríamos ver, a lo cual me respondió:

-Sabes, me encanta tu energía, pero debido a los desamores y a las desilusiones que he tenido, ya no me gustan las chicas, soy gay.

Lo siento, solo te puedo brindar una amistad.

Y así fue, se volvió mi mejor amigo.

Blablacar no fue mi cupido, no he encontrado el amor pero sí una gran amistad.

Seguiré viajando, quien quita que algún día encuentre el amor en la vía.

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