Entre cómicos y magos

Entre cómicos y magos

Gui DP

29/09/2024

Era un viernes por la tarde y tenía un viaje de BlaBlaCar de Madrid a Donosti. Todo parecía normal al principio, pero cuando recogí a mis pasajeros, supe que el trayecto sería cualquier cosa menos tranquilo.

El primero en subirse fue Javi, un mago con chaleco de lentejuelas. Después llegó Raúl, un cómico con chistes malos desde el minuto uno. Y por último, Marta, la única que, como yo, parecía esperar un viaje en paz.

Todo iba bien hasta que Raúl soltó:

—¿Qué tienen en común un mago y un político? Que los dos desaparecen cuando más los necesitas.

Javi bufó.

—Los cómicos siempre con lo mismo, chistes fáciles.

Y ahí comenzó una interminable pelea sobre qué era mejor: la magia o la comedia. Que si los magos sorprenden más, que si hacer reír es más complicado… Marta y yo solo queríamos llegar, pero después de dos horas de debate sin fin, Marta tuvo una idea:

—Si tanto discutís, haced cada uno vuestro show. Nosotros votamos.

Al llegar a una gasolinera, los dos estaban listos para demostrar su «talento». Javi fue primero. Intentó un par de trucos con cartas, pero falló en todo. Raúl, por su parte, se subió a una plataforma improvisada y empezó con su monólogo… pero sus chistes cayeron en saco roto.

Después de diez minutos de sufrimiento, nos pidieron que votáramos. Marta y yo intercambiamos miradas y, con sinceridad, le dijimos lo evidente:

—Sois igual de malos, pero por razones diferentes.

El silencio que siguió fue más incómodo que el viaje en sí. Volvimos al coche, esta vez sin peleas ni discusiones, solo una tensa calma. Marta y yo finalmente obtuvimos lo que queríamos: paz, aunque, tras esa experiencia, creo que en mi próximo viaje prefiero llevar solo maletas.

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