Ionan solía ofrecer asientos en BlaBlaCar para sus viajes de Madrid a Vitoria. Era una forma de ahorrar y conocer gente. Pero cuando Usoa reservó un asiento y le explicó que el viaje no era para ella, sino para una paloma, Ionan estuvo a punto de rechazarlo.
“Se llama Indiana”, le dijo. “La encontré herida y el único refugio que la aceptó está en Vitoria. No puedo darte más detalles porque es clandestino. Pero la responsable del refugio te esperará.”
El día del viaje, Usoa apareció con una pequeña caja de cartón. Indiana, la paloma, asomó su cabeza curiosa a través de los agujeros.
“Por favor, cuida de ella. Ha pasado por mucho”, insistió antes de dejar la caja en el asiento trasero.
Durante el trayecto, los otros dos pasajeros, un par de estudiantes que iban a un concierto, se rieron de la situación, pero aceptaron a Indiana como una compañera más. “Es la primera paloma que en lugar de emigrar al sur en invierno, decide ir al norte”, bromeó uno.
“Debe ser especial”, dijo la chica. “¿Por qué le pusieron Indiana?”
“Por Indiana Jones. Porque es aventurera”, respondió Ionan, riendo.
El ambiente en el coche fue distendido. Los pasajeros se turnaban para mirar a la paloma y asegurarse de que estuviera cómoda. Ionan no podía evitar sentirse intrigado por la inusual pasajera.
Llegaron a Vitoria al anochecer. En el lugar acordado, una mujer de rostro serio los esperaba junto a un coche blanco. Sin mediar muchas palabras, tomó la caja con Indiana.
“Gracias”, dijo secamente antes de marcharse con la paloma.
Ionan no volvió a saber de Usoa ni de Indiana hasta una semana después, cuando un titular en el periódico lo hizo detenerse en seco:
“Desmantelan red de tráfico de drogas que operaba a través de un refugio clandestino de animales cerca de Vitoria.”
La noticia detallaba cómo los criminales utilizaban animales para transportar drogas dentro de sus cuerpos. Los operaban y usaban sus sistemas digestivos como contenedores. Ionan se quedó helado al pensar que había sido cómplice involuntario. Se acordó de la mirada de Indiana, la paloma que viajaba al norte cuando todas las demás volaban al sur.
Ese sería su último viaje en BlaBlaCar por una larga temporada.
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