Recuerdos gratos de un viaje «accidentado»

Recuerdo una
experiencia algo surrealista en BlaBlaCar. Tenía que ir a Sevilla y por la
mañana había reservado un viaje a una chica joven con aspecto ciertamente
atractivo.

Al llegar al
punto de encuentro, no conseguí saber quién era, pero finalmente se bajó de un
coche y me dijo que era ella. Luego aparecieron dos pasajeras más. Para colmo,
cuando subí a bordo resulta que conducía su novio, por lo que ustedes
comprenderán que el viaje ya no era tan «interesante».

Al cabo de unos
minutos, noté que el chico no se manejaba bien al volante. Y claro, tuvimos un
pequeño accidente en una rotonda nada más salir. El chico intentó cambiar de
carril, pero al hacer la maniobra, un coche que venía detrás nos dio un
pequeño susto y creo que se llevó por delante el espejo retrovisor de «nuestro»
coche.

Empecé a
inquietarme y también los dos chicas que venían. La pareja de novios estuvo un
rato arreglando los papeles del seguro con el otro conductor, y tardaron un
rato en solucionarlo. No sabía si iba a llegar a tiempo a mí destino, y las dos
chicas estaban muy asustadas.

Finalmente todo
se arregló y pudimos salir al cabo de una media hora o así. Consciente del
problema que había sucedido, la chica discutió con su novio y le dijo que
ella conducía a partir de aquel momento.

Solo sé que
durante el resto del viaje el chico empezó a gruñir y su pareja comenzó a
mirarle «amenazante» y a decir poco menos que era un idiota y que ya no quería
estar con él. El viaje, a pesar del susto, empezó a gustarme.

Cuando llegamos
a Sevilla, las chicas salieron despavoridas. Yo poco menos que también, pero me
despedí de ellos y les desee bien viaje.

La cuestión fue
que cuando tuve que valorar el viaje, no sé porque le di a la chica un «bien»,
porque lógicamente no había sido excelente. Creo que me pudo el hecho de la
conductora era muy mona. También tuve la curiosidad de ver las opiniones de las
otras chicas y naturalmente, no fue positiva.

Este ha sido el
viaje en BlaBlaCar que más recuerdo, aunque el ‘porrazo’ solo se quedó en un
susto. Menos mal, jeje.