Diccionario de las cosas que no supe explicarte.

Era muy temprano, y los primeros rayos de sol deslumbran mis ojos camino al coche. Me despiertan los colores verdes entonados de naranjas y azahar en la ciudad de la que parto: SEVILLA.

En el corto recorrido de 10min se nutren pensamientos de alegría, intriga y emoción de saber, que al otro lado de la esquina, me espera un viaje esperado: mi primer viaje a la playa del verano. Allí encuentro a Sergio y a Jacob, dos muchachos que por el primer saludo diría que son del sur, me saludan con un abrazo y un “qué caló hase no quillo?”. El maletero se abre, esperando mi maleta como quien se quema los pies en la arena pero sin dolor sabiendo que está cada vez más cerca del fresco mar.

Llegada la hora del viaje, llegamos a Conil, lugar de sosiego y casa blancas, gentes lugareñas con olor a panadería recién horneada entre desayunos de tostadas. Me bajo. Mil aventuras nos hemos contado en el Blablacar los 3. Éramos los 3 Mosqueteros, en busca de nuestra princesa, la mar. Quizás les hablé de más creo yo sobre mi ex, pero aprendí tanto que, en este diccionario de cada día, aprendí que hay cosas que no se pueden contar, que aunque haya una lucha mosquetera, es mejor llegar, y tirarlas a la mar.

Qué bonito viaje, que me enseñó a amar.