Taxi compartido
Mario y Raquel, dos chicos jóvenes que se conocieron en un viaje de largo recorrido por ferrocarril, y al llegar a su destino no tuvieron reparo en seguir compartiendo gastos y amistad en las estancias de la ciudad, compartiendo un coche con conducto. Pero se truncó su recorrido hacia el hotel por un malestar desconsolado en su vientre. Obligándose cortar por el cuello esa nauseabunda flatulencia aromática, (nombre que reciben en el pueblo a cualquier pedo no sonoro pero con un olor desagradable) Raquel exigió la rápida parada del coche al conductor. Sorprendido Mario, se extrañó el porque de ese cambio de caracter, Mario. ¿ Por qué la cagaste Burt Lancaster? Responde la chica y abrió la puerta del taxi Raquel, y se fue perdiendo en la penumbra noche de aquella Ciudad.
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