!Pica caucho!

La mayoría de los cuentos inician con la frase «Érase una vez», pero como este relato no es un cuento, iniciaremos con: «en una noche de la vida misma» un grupo de amigas, dos españolas y una venezolana, solicitaron un servicio de BlaBlaCar hacía Salamanca. Las amigas de nombres Carmen, Bertha y Rosa habían pasado una tarde muy divertida recogiendo castañas en la maravillosa Linares, en el que existe una fauna propia de la zona, entre ellos jabalíes, musarañas, murciélagos, zorros y liebres.

Estaba anocheciendo y Rosa siente el llamado de la naturaleza y le pide al conductor, de nombre Manuel, detenerse para hacer pis, el conductor como buen conocedor del lugar, le explica que no puede hacerlo, pero Rosa no puede esperar a llegar a la posada en Salamanca y le ruega parar. Él se apiada de la pasajera y decide estacionarse cerca de la vía. Rosa se baja, las amigas también se bajan del auto para curiosear la zona y protegerla de la vista de algún otro coche que pudiese pasar.

Carmen y Bertha observan el paisaje que es vasto, misterioso y sienten una fuerte brisa. Estaban absortan disfrutando de la vista y del viento, cuando de repente escuchan un ruido proveniente de unos matorrales…se asustan y con razón porque observaron a un jabalí gigante salir del matorral a toda prisa. 

Se subieron al auto a la velocidad que le permitieron sus piernas y Carmen le grita al conductor: «¡pica caucho!», Manuel no entiende, ella insiste y le dice «¡dale chola!», él no reacciona y es Bertha quien le grita con más fuerza y con su buen acento español: «¡que aceleres!». Manuel pone en marcha el coche y se alejan del sitio cuando se percata que tenía dos pasajeras y no tres. Faltaba Rosa que se había quedado en una situación de indefensión en todo sentido. Manuel se regresa y encuentran a Rosa en la vía. Afortunadamente, el jabalí le había pasado por un lado y Rosa se había podido incorporar y salir corriendo a por su vida en sentido contrario al jabalí.

Así es la vida llena de imprevistos y de frases muy pintorescas. Al final todos rieron después del susto y nunca olvidarían lo que les sucedió en un coche.