El bautizo del «Bendecío»

Como cada viernes, viajaba a Málaga -ciudad del paraíso- desde Sevilla -ciudad donde trabajo-, para visitar a mi familia. Suelo realizar el trayecto en tren media distancia, salvo que Renfe, como es habitual y viene al caso, tenga preparada una sorpresa de las suyas.

Una vez me encuentro en la estación tras finalizar mi jornada laboral y llegada la hora de salida del tren, este último no aparecía -ni iba a aparecer, obviamente-, pero la desinformación es uno de los puntos fuertes de Renfe ya que les gusta que sus clientes sientan intriga en sus viajes. Tras 30 minutos esperando, Renfe canceló oficialmente el viaje mediante un correo reubicándonos en el siguiente viaje, el cual salía 3 horas después. A todo esto, no me sorprendió, lo raro hubiera sido que el viaje en el tren discurriera con normalidad sin ninguna incidencia. 

Debido a mi impaciencia, no quería llegar a Málaga a las 22:00h y menos aún quería estar 4h esperando en una estación «abarrotá» de gente y a 40º un 31 de mayo en Sevilla, por lo que me dispuse a buscar una alternativa. La alternativa: BlaBlaCar.

Tras más de media hora buscando un viaje decente y con buena combinación, y después de conversar infructuosamente con mínimo 12 conductores,  tuve la grata sorpresa  de conseguir un viaje en Blablacar «PLUS» -nótese la ironía-. Nunca antes me había sucedido. 

Blablacar «PLUS» puso a Lolo en mi camino. Tras cuadrar la hora de salida con Lolo, previamente, contactó conmigo por teléfono por si necesitaba que me recogiera en algún punto concreto cuando el finalizara unas gestiones que estaba realizando, ya que no le importaba desplazarse. Yo, harto de esta vida cruel, ya me encontraba de camino al punto de salida, por lo que le comenté que no era necesario. El me lo agradecía tanto que sus palabras eran textualmente: «Ay muchas gracias bendecío» 

Una vez llegue al punto de salida, escribí a Lolo para avisarle de que ya me encontraba en la ubicación indicada, a lo que el me respondió textualmente: «llegando 2 min en el camión de matutano xD». Mi respuesta: Valee

Yo, como buen inocente, interpreté que el coche -la app indicaba un coche- iría lleno de gente o hasta arriba de trastos. Pero, para mi sorpresa, Lolo era muy sincero y literalmente apareció en un camión de Matutano en el cual me contó su vida -por ejemplo, sus deudas-, me bautizó unas 10 veces como el «bendecío», me ofreció chocolate, del que no se como o se bebe, y en la que puede llegar a Málaga. 😀