Mi historia empieza en Valencia, donde salgo con mi coche con 3 acompañantes, no se conocían entre sí, ni yo a ellos, pero el viaje es largo.

A mitad camino paramos en un área de servicio para descansar y hacer nuestras necesidades. A la hora prevista, faltaba una persona, era la única mujer que viajaba con nosotros, nos preocupamos, la llamamos, no contestaba. Decidimos entrar incluso a los baños pero no estaba. Buscamos y buscamos y decidimos desistir. Seguimos nuestro camino e hicimos una última parada antes de llegar a nuestro destino, y allí estaba, en aquella área de servicio, diciendo que llevaba 1 hora esperándonos. No sabíamos cómo había llegado allí. Pensamos que se había confundido de coche pero dijo que no había subido a ninguno. Nos contó que se había sentado en el baño y al salir era todo diferente, pero pensó que simplemente tendría la memoria un poco distorsionada. 

Llegamos a nuestro destino, Ávila, y resultó que era la Reina de Castilla, habíamos retrocedido en el tiempo y ahora, desde unos siglos atrás, estoy escribiendo esto. 


Atentamente: El Rey de Ávila.

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