De la Montaña al Mundo: Cómo Blablacar Transformó una Vida

De la Montaña al Mundo: Cómo Blablacar Transformó una Vida

María es una adolescente que creció en un tranquilo pueblo de la montaña gallega, donde el silencio solo era roto por el ruido de los animales y los trabajos agrícolas de los vecinos. Era una niña muy tímida y vergonzosa, siempre dependiente de su madre para las tareas más simples. El hecho de subir al autobús del colegio y darle los buenos días al conductor, se convertía en una odisea cada día.

Pero un buen día…

  • Buenas tardes, ¿tú eres María? Pregunta un chico desde la ventanilla del conductor de un coche gris.
  • Sí, tengo una reserva para realizar un viaje en coche mi pueblo — dice María sonrojada y con la voz entrecortada—.

El chico amablemente se baja y le ayuda a guardar en el maletero una pequeña maleta.

  • Yo soy Martín —inicia el conductor la conversación ante la timidez de la chica—. Es tu primera experiencia en coche compartido, ¿verdad?
  • ¡Sí! Acabo de empezar a trabajar aquí y voy a visitar a mis padres. Es una sorpresa, porque les da miedo que comparta coche con extraños.
  • Pues no te preocupes — Martín la tranquiliza— yo vivo cerca de tu pueblo realizo el trayecto frecuentemente.

Durante el viaje, María se va relajando poco a poco, y van conversando la oportunidad laboral que la llevó a quilómetros de su casa. María veía que la gente del pueblo que se iba a vivir fuera, volvía a casa solamente en ocasiones especiales. Pero para alguien tan familiar, esas visitas esporádicas no eran suficientes.

Después de casi 4 horas de viaje…

  • Estamos llegando — dice Martín. Te acercaré hasta tu casa para que sorprendas a tus padres.
  • ¡Muchísimas gracias, Martín! — dice María sonriente.

Toca el timbre y salen los padres de María. Entre perplejos y emocionados, empiezan a entablar una conversación y, para sorpresa de todos… ¡los padres de Martín y María se conocían!

Pasó el fin de semana, y tocó viaje de regreso. Y así cada semana. Pero claro, algunas veces Martín no viajaba, y la nostalgia llevó a María a tener que adaptarse a compartir coche con otros conductores.

Hoy, 9 años después de aquel primer viaje, contar una sola experiencia, ¡es imposible! Pero se puede decir que, hoy en día, a María, Blablacar le ayudó a superar su timidez y abrirse al mundo, sin tener que renunciar a su pueblecito, que tanto añoraba. ¡Gracias Blablacar, gracias amigos!

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