¡Tu pones el coche, yo la música!

¡Tu pones el coche, yo la música!

A veces solo necesitas un coche, un destino y un poco de actitud positiva para que cambie tu forma de ver la vida. 

Hoy en día podemos encontrarnos con muchos tipos diferentes de personas, pero, sin embargo, la mayoría de veces es complicado conectar con alguien, ¿raro no? Pues no sabemos qué la conexión aparece cuando menos te lo esperas y eso fue lo que me ocurrió. 

En un viaje de cinco horas dirección Madrid, aprendí de tres personalidades totalmente diferentes entre sí que la vida puede dar mil vueltas… y esas vueltas dan mucha vida.

Éramos cuatro chicas que no parábamos de hablar de todo lo que se nos ocurría, y a día de hoy seguimos siendo amigas, pero lo increíble fue que yo entré en mi coche siendo una persona totalmente distinta a la que era cuando llegué a mi destino.

Había perdido mucho la ilusión en hacer nuevos amigos, debido a que paso la mayor parte de mi tiempo estudiando, pero como ya he dicho, pasa cuando menos lo esperas.

Parecía que nos conocíamos de toda la vida y que éramos el típico grupo de amigas que hacía años que no se veían y nos teníamos que poner al día. Claramente cinco horas no dan para mucho, así que imaginaos la cantidad de historias que pudimos contar… cuatrocientas palabras no me dan para explicarlo, pero fue una sensación increíble, por un momento la ansiedad desapareció.

Siempre he sido más bien desconfiada, un poco tensa, seria, reservada… incluso me ha costado socializar, pero desde entonces, he aprendido a abrirme con la gente que quiero y a confiar en las personas que llegan nuevas.

Parece un poco exagerado, pero en un blablacar pueden pasar mil cosas, ¡y sentir otras mil!

Gracias a todos estos viajes he conseguido aprender a socializar y enfocar de una manera distinta mi perspectiva, y puedo decir que es una forma muy bonita de conectar con las personas, sus historias y sus personalidades.

Sonia (se llama igual que yo), Natalia y María fueron la clave para demostrarme que no hay que encerrarse en uno mismo, que los viajes son la mejor manera de abrir la mente y de aprender a ¡CONECTAR!

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