Esa electricidad nos arrastraba al límite de los sentidos,

una y otra vez,

empantanándonos como a moscas

en la inmundicia

Bastaba que tus ojos

se encontraran con los míos

y se adueñaran de mí,

para desvestirme el alma,

y aniquilar mi voluntad.

Impregnada de tu esencia te descifré

perdí tu mirar, me estampé en tu rostro.

y escapé manchada de ti…

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS