Aun recuerdo ese día, cada vez con menos detalles, pero aun recuerdo los suficientes. Lloré demasiado y todo el tiempo pensé que estaba a punto de ver lágrimas en los suyos, pero nunca aparecieron. Había imaginado esa escena antes, pero nunca porque considerara que podía hacerse realidad. Tengo la manía de imaginar distintos escenarios con las personas que conozco, situaciones divertidas, estresantes, tristes y muchas veces bastante dramáticas. Todas ellas muy vívidas de forma que pueden afectarme emocionalmente. llegué a imaginarme la manera en que todo se venía abajo, pero ese escenario parecía bastante distante.

Era de noche, no muy tarde, tipo siete quizá. Estábamos en el comedor, no se porque hablábamos allí y no en mi habitación, ya que mis padres estaban en casa. Quizá ninguno de los dos estaba planeando tener esta conversación. Él dijo amarme, pero ya no poder sostener más el peso que sentía por llevar una relación. Yo intentaba entender. Para mi tener esa relación era fuente de fuerza y motivación, era tener un lugar seguro, una persona que caminaría conmigo en los proyectos que nos pusiéramos, pero él estaba soltando mi mano y yo necesitaba entender porque sentía ese peso. Divagaba y se contradecía, era notorio que no había pensando antes en que decirme, era como si justo en ese momento se estuviera dando cuenta de ese peso. Su propuesta era extraña y no tenía sentido, no quería dejar de verme, no quería ponerle fin a lo que teníamos, pero no quería seguir pensando en que tenía una relación. Yo no entendía nada, nuestra relación ya era abierta, y hasta ese momento, creía yo, muy sólida. Creo que él estaba abrumado al ver como con cada frase me destruía más, pero seguía diciendo cosa tras cosa sin comprender nada tampoco. Él se había abandonado hace mucho, dejó de poner atención a sus emociones mientras pasaba por situaciones cada vez más estresantes. Su frustración académica, profesional, laboral se juntaba con sus aspiraciones vagas, sus metas difusas. Y yo parecía ser más consciente que él de esto, pero siempre evadía el tema. Creo que pensar en ello lo lastimaba mucho y decidió ignorarlo por completo e impedirme ahondar en eso. Ahora, en ese momento sus sentimientos se estaban haciendo presentes. Era necesario aclararlos para tomar decisiones y avanzar. Pero finalmente decidió enterrarlos de nuevo. No quiso aclarar mejor las cosas y lo dejo así, con esa propuesta que más que propuesta era una decisión unilateral. Me permitió abrazarlo largo tiempo mientras lloraba y mis padres se asomaban intrigados y preocupados, pero sin decir palabra alguna. Se marchó sin un beso.

Extrañamente ese no fue el ultimo día que nos vimos. Al día siguiente estuvimos un largo tiempo juntos a solas, pero no permitió tocar el tema de nuevo. Estábamos incómodos y yo estaba completamente quebrada por dentro. Ese día si nos besamos y pensé que podría ser la última vez. Él volvía a su trabajo, lejos de mi casa y la de sus padres. Busque algo más de intimidad, intimidad que ya no complacía a ninguno. Él se negó y finalmente se marchó. Me quede en casa, desnuda, mirándome al espejo sin poder entender aun.

Pasaron días, y pensé que quizá ya tendría más claras las ideas, sin duda algo se rompió y era irreparable, pero yo necesitaba piezas para terminar de armar el rompecabezas y darle sentido a todo. Él terminó cediendo a volver a hablar del tema, solo dijo que quizá realmente ya no era amor y concluimos que lo mejor era no volver a vernos. No podía ayudarme a armar el rompecabezas, porque solo yo estaba cuestionándome mis emociones y él quería seguir ignorando las suyas. Fue muy frío a partir de entonces y yo me quede con mil preguntas que nunca fueron respondidas.

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