La muerte inminente

La muerte inminente

Bárbara Calmet

19/07/2020

Estoy como muerta.

Casi no respiro.

He fumado 12 cigarrillos seguidos, uno tras otro.

Me late el cuello, me duele el brazo y el pecho me oprime.

Me ha insultado, como yo insulté.

Cambió todo, los estrógenos se llevaron su niñez.

Hecha un ovillo, estoy tirada en el pasto, en posición fetal.

Llamo a mi madre sólo con la mente.

Por teléfono… impensable.

Me culparía de todo.

Trataría de colgar rápido para no escucharme más.

Me fumaría 12 cigarrillos más después.

Un pre infarto.

O un infarto.

Mi cuerpo aún no registra mis infartos.

Respiro entrecortado, intentando que mi cuerpo dibuje mis emociones.

Me retrato así; una inhalación corta y angustiante; la corriente vital trata de abrirse paso entre toneladas de humo.

Y exhalo largo, me muero tiernamente, caliente, despacio.

Es el fin.

Ella , mi centro, mi muñeca de transferencia, se ha ido.

Me sujeto de sus pies, anciana, le suplico que me visite, que no me deje.

Que me recuerde…

Es cruel, se ríe de mi, pone acento en que ya no me necesita.

Y me encierro sola, a soñar con el que siempre quise, en silencio.

Con ese amor que me avergüenza.

Avergonzada de la naturaleza…incontenible…

De las manchas y los golpes.

De los cortes en las muñecas y del cuerpo desnudo.

Ahora , vieja, quieta, lo imagino.

Más vívido que nunca.

Sin posibilidades, con las venas cargadas de atrevimiento.

La quinta sinfonía …

Remembranza de una tragedia.

Etiquetas: muerte

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