Ich hab dich lieb (Te quiero)

Ich hab dich lieb (Te quiero)

Wiebke

14/07/2020

Quizás esa noche, o ese instante, fue uno de los mas hermosos.
Lamentablemente nos damos cuenta de los momentos mágicos cuando ya
no están, cuando ya desaparecieron y son parte del recuerdo.

Todo fue preparado esa noche, la charla sin sentido el día anterior
sobre el poder de las palabras, sobre la diferencia de las lenguas.
Sobre lo triste que encontramos al inglés, por darnos cuenta que no
tiene escalas en cuanto hablamos de amor, que uno no puede ir
subiendo lentamente, como en el español. No hay un paso previo al te
amo. No existe.

El alemán si lo tiene. Creo que no es tan hermoso como un te quiero,
pero eso ya es cuestión de gustos.

Hablamos mucho sobre ese tema y sobre como puede ser que si uno
siente algo hacia otra persona tiene que esperar a que ese
sentimiento sea tan grande como para amar. ¿Y si nunca pasa? Siento
lastima por los angloparlantes.

Definimos que “te quiero” o “Ich hab dich lieb” era la frase
perfecta para demostrar que no sos una persona más entre el resto.
Que sin importar el tiempo en el que hayas estado en nuestra vida uno
puede sentir eso. No estoy diciendo que sea para cualquiera, pero en
un mundo donde el sexo es mas simple que un te quiero, importa, y
mucho.

Por eso quizás el momento fue perfecto, quizás por la charla
previa, quizás porque esa noche nuestros sentidos estaban mas
despiertos que nunca. Me sentía vivo como hacia mucho que no me
sentía. Me sentía en una selva, en un mundo irreal que solo vi en
películas esas que ganan premios en festivales.

Te sentí, cerca, moviéndonos con la música. Nunca fui buen
bailarín, nunca pude desasociar la parte de arriba de mi cuerpo con
la de abajo. Quizás porque pienso mucho, quizás porque tiendo a
analizar cada paso que doy.

Te me acercaste y, al oído para que ese momento fuera nuestro, me
preguntaste si lo que habíamos hablado la tarde anterior se podía
usar, que vos creías que era loco pero igual lo sentías, que no
entendías como pero era lo que querías decir. Y no usaste tu lengua
materna, esa que para mi suena tan fría pero que de a poco entiendo
que no.

Me preguntaste si podías usar mi lengua. Me preguntaste si lo que
estaba sintiendo estaba bien etiquetarlo con un te quiero, porque era
lo que me querías decir. Nunca mas acertada la frase para dos
desconocidos que se encontraron juntos solo por tres semanas.

Horas después, caminando por las calles de Berlin. Me paraste en una
calle cualquiera y me volviste a aclarar que la declaración de hacia
unas horas no había sido por alguna sustancia que de golpe te dio la
característica un ser mas cariñosa, la música o las luces. Solo
era lo que sentías en ese momento.

Esa mañana de domingo de una calle que no recuerdo el nombre. En la
ciudad de las palabras largas, de las noches mágicas, las paredes
que hablan y los te quiero mas lindos que me hayan dicho. Sonreí.

Etiquetas: berlin viaje

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