Poemas para un confinamiento

Poemas para un confinamiento


No corras

Correr,

correr,

correr,

un caballo desbocado

mirando siempre adelante,

con la mínima atención

a lo que hay en las veredas,

sin mirar la transición

de la oruga a mariposa,

sin dar importancia al valor

de la luz de la luciérnaga

o a la humilde amapola.

Correr,

correr,

correr,

en el frenesí absurdo

de alcanzar antes la meta,

menospreciando el valor

de lo que detrás se queda.

Conversaciones a medias,

experiencias compartidas,

amores correspondidos.

Compañeros de camino

que no siguieron tu ritmo.

Correr,

correr,

correr,

hasta que la realidad

alza su muro delante,

entonces el duro golpe

te hace girar la cabeza

y darte cuenta, tan tarde,

lo vacío que te encuentras.

Que las muescas que marcaste,

no son buena comitiva,

que solo la soledad

quiere ser tu compañía.

Correr

correr,

correr,

¿para qué? Baja ya el ritmo,

disfruta de cada día,

mira el margen del camino,

quiere darte su energía.

Todo está alrededor,

todo te hace compañía,

porque todo lo que observas,

y que antes no podías

con tanta velocidad,

todo esto… es la vida.

Tristeza

Qué tristeza verlo así,

todo reducido a cifras,

curvas, diagramas o esquemas,

uno, un ciento, un millar,

un millón o varios de ellos.

Algoritmos desalmados,

incapaces de mostrar

el más mínimo respeto,

ni al dolor, ni al sufrimiento,

a todo lo que hay tras ellos.

La estadística no sabe

que el veinticinco es Damián,

ni que es padre y que es abuelo,

que tiene una gran familia

y ahora solo es un recuerdo.

Carmen la ciento cincuenta,

su parentela es pequeña,

decisión o coincidencia,

una hija y una nieta

que la han llorado sin verla.

Juan es el mil quinientos,

la cinco mil trece, Rosa,

el seis mil doscientos quince

se llama José Ramón,

la dieciséis mil Susana.

Y así tantos como ellos

que se han ido en silencio,

el fin sabían cercano,

que el trabajo estaba hecho,

pero no esperaban esto.

Lo que nunca suponían

era ser la munición

que fueran a dispararse

hipócritas incapaces

de luchar juntos por ellos.

En camas de hospitales,

miles de manos vacías

que anhelaban un contacto

se helaron mirando al cielo,

como esperando un milagro.

Y tan lejos, en las casas,

doliéndose en la distancia,

manos de la misma sangre

llenas del dolor del duelo,

se buscan sin encontrarse.

Siempre es triste morir solo,

sin un adiós ni un abrazo,

sin despedirte de ellos

y que no sea su imagen

lo que se lleva en sus ojos.

Lo que no pudo una guerra,

un dictador con mala hostia,

ni la crisis del petróleo

o la dichosa burbuja,

lo ha hecho un jodido virus.

Ahora quisiera creer,

porque si existe este infierno

¿Por qué no ha de haber un cielo?

un sitio donde hacer cuentas,

ponerle a la vida un pleito.

Puedo y quiero imaginar

que debe haber grandes colas

en la puerta de San Pedro,

porque el irse de aquí solo

merece resarcimiento.

Tiempo perdido

Segundos que son minutos,

minutos que duran horas,

horas largas como días,

días que se hacen semanas,

nunca fue tan lento el tiempo

ni tan amplias las distancias.

Tiempo vacuo,

tiempo estéril,

lleno solo de recuerdos,

de añoranzas, de morriña,

de saber que estás tan cerca

y que no puedes ser mía.

El tiempo volaba antes

cuando era en tu compañía,

un torrente de montaña

que entre espuma discurría

saltando rocas y presas,

¡qué poco duraba el día!

Cuántas veces he deseado

que el tiempo no transcurriera,

cuando estabas en mis brazos

o en tu pecho me acogías,

viendo en tus ojos los míos

y perdido en tu sonrisa.

Y ahora que estoy encerrado,

que quiero que el tiempo vuele,

para volver a ser tuyo

y tú seas de nuevo mía,

se esconde y remolonea,

se engancha con mis aristas.

Se ha vuelto remanso lento,

parece que no camina,

empinada es la pendiente

y él parece gelatina,

lo que ayer era un deseo,

hoy tan solo es agonía.

Voy apuntando

Voy apuntando,

cada vez que te recuerdo,

anoto un beso,

así que cuando te encuentre

si te agobio y no te suelto,

perdóname,

es que te he echado de menos.

Voy apuntando,

sí apareces en mis sueños,

anoto un abrazo,

así que si no tomo el vino

y te aprisiono entre mis brazos,

perdóname,

es que te he echado de menos.

Voy apuntando,

cuando leo tus mensajes,

anoto un te quiero,

así que si cuando vuelva a verte

no me salen las palabras,

perdóname,

es que te he echado de menos.

Voy apuntando,

cuando escucho esa canción,

anoto un deseo,

así que si en el primer baile

me cuesta dejarte ir,

perdóname,

es que te he echado de menos.

Ya tengo una lista inmensa,

así que,

sí cuando todo esto acabe,

te veo y te abrazo

y te beso

y te miro sin hablarte

y no te suelto,

no es que me haya vuelto loco

en este confinamiento,

es que has estado conmigo,

junto a mí,

todo este tiempo.

Aislamiento

Me he asomado a la ventana

y he visto calles desiertas,

prácticamente vacías,

un perro paseaba a un hombre,

cola en la panadería.

Luego he mirado dentro,

no me gusta lo que he visto

otra clase de desierto,

un páramo desolado

lleno de temas pendientes.

El abrazo que no di,

el perdón y el muchas gracias

que nunca dije.

El beso que no salió

de la cárcel de mis labios

y que no selló los tuyos.

Las veces que me callé,

dándolo por supuesto,

y no te dije te quiero.

Cuando minusvaloré

a un hermano, a un amigo,

a una hermana, a una amiga.

El callar como un cobarde

y no expresar lo que siento

por no ser desagradable.

Y ahora encerrado conmigo,

poniendo orden por dentro,

descubriéndome a mí mismo

pongo en orden mis archivos,

priorizo, no procrastino.

De nuevo miro hacia fuera,

gente aplaude en las ventanas,

anhelando que esto acabe,

yo me adhiero a ese deseo,

para ir tachando mi lista,

para comenzar de nuevo.

Confinamiento

Hoy ha dicho el presidente

que hay que quedarse en casa,

anda por ahí suelto un virus

que va a devenir en plaga.

Así que yo he procedido,

he llenado la nevera,

grabado series y libros.

Comienzo el confinamiento.

Me aíslo conmigo mismo,

me conozco hace tiempo,

y se bien mis puntos flacos,

no parezco tan mal tipo.

Día 1

Sin novedad en el frente,

me he invitado a unas cervezas

y hemos visto la tele.

Me he hinchado a patatas fritas.

Día 2

Hoy hemos andado mucho

del sofá hasta la nevera

y vuelta al mismo sitio.

Se me acabaron las birras.

Me he asomado a las ocho

a mirar como aplaudían.

Día 3

Me duele mucho la espalda,

me he bajado una rutina

de ejercicios de youtube,

ahí la tengo guardada.

Hoy nos tocó beber agua.

Día 4

He sacado del armario

unas botellas de cava

que guardo de Navidad.

He limpiado las persianas.

Día 5

Madre mía que resaca,

voy a dejar el alcohol.

Me he visto todas las series.

Empiezo a leer un libro.

Tengo que hacer ejercicio…

Hoy me he vuelto a asomar,

he aplaudido como todos.

Día 6

Hoy el que vive conmigo

se ha levantado enfadado,

ha empezado a reprocharme

cosas que nos han pasado.

Día 7

Se ha sentado en el sofá

en cuanto se ha levantado,

se ha puesto a mirar la tele

y ni se ha dado cuenta

de que el trasto está apagado.

Día 8

Qué hice? Qué no hice?

Qué dije? Qué no dije?

Qué tenía que haber dicho?

Qué tenía que haber hecho?

Al final lo ha conseguido,

le ando dando mil vueltas

a lo que ha sido mi vida.

Ahora soy yo el que no le habla.

He vaciado el mueble bar.

Día 9

Aún seguimos enfadados,

tengo la cabeza loca,

me dan ganas de llorar.

Día 10

Hoy hemos hecho las paces,

hemos hablado muy serios

y vuelto la vista atrás,

claro que hemos fallado,

más lo hecho, hecho está.

Día 11

Por aquí todo tranquilo,

estamos haciendo planes

de lo que hay que cambiar

cuando se acabe todo esto.

Queremos aprovechar

que nos hemos conocido

para poner algo de orden,

para comenzar de nuevo.

Día 12

Y los que vengan,

por fin estamos en paz.

Día …

Los que sean necesarios,

claro que esto es jodido,

pero debemos hacerlo,

que esto sirva de algo

y nos haga ser más buenos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS