Alguna vez has sentido que no perteneces a este mundo, que tu familia y amigos son solo parte más de una historia creada por un ser que de solo pensarlo dirías que no existe. Así se sentía Maggie todos los días de su vida, cada noche empapada en lágrimas maldecia haber nacido y deseaba con todas sus fuerzas encontrarle sentido a su historia, su única esperanza eran sus sueños, cada noche vivía increíbles momentos llenos de ilusiones, para luego volver a su realidad, esa realidad llena de maltratos y decepciones. Maggie despertó esa mañana con los gritos infalibles de su madre, una vez mas su padre la maltrataba y golpeaba hasta desfallecer. Se levantó corriendo de su cama hasta llegar a el salón de estar y ver a su madre cubierta de sangre y con varios cortes en su rostro, se acerco corriendo hasta ella y sosteniendo su cara la cubrió con una manta, no dejaba de dar gritos y gritar lo mucho que maldecía a su padre, pero por mucho que gritara este no parecía escucharla. Maggie cansada de todo el dolor que estaba sintiendo corrio hacia la cocina y agarro uno de los cuchillos de la encimera. «Padre donde estas» gritaba con todas sus fuerzas mientras lo buscaba en cada rincón, sus ojos ya no sostenían una lágrima más y sus manos temblaban. «Aquí estas padre» Decía caminando lentamente hacia él con sus manos detrás. «Yo no quería hacerle daño» «Solo quería que me respetara, era una zorra» Sus palabras solo provocaban asco y mucho más dolor a Maggie q sin darse cuenta ya estaba apuñalando a su padre en el vientre, los ojos de su padre la miraban fijamente «Tu eres la que deberías de estar en esa sala cubierta de sangre y no ella, eres la deshonra de nuestra familia» Exclamó su padre antes de que maggie volviera a apuñalarlo una y otra vez sin dejar de mencionar «Eres un monstruo, eres monstruo…» Los gritos retumbaban en toda la casa y las fuerzas de maggie llegaron a su fin. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, corrió hacia el baño y cubrió la bañera de agua para después meterse dentro y con una cuchilla quitarse la vida…

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