Arrancaré de mis dedos el deseo de escribir, cortaré y desangraré las venas de mis letras, y ahogaré mi poesía en el vacío que sobrevive en mi pluma…y a espaldas, sin esfuerzo, diré tu nombre perverso; desgajando muy cómodamente el sendero seco que ahora son mis labios. Oh! Amiga esperanza mía, ¡soy tu esclavo! Qué haré sin ti, sin tu nombre en la punta de mi boca, o sin tu fuerza en la profundidad de mis sueños; trato de respirar, con el apenas de tu aliento, con el profundo apego de mi presencia en tu espalda y, la ternura de tu sueño cansado cubre el azul de tus ojos furiosos, lloramos silencio, por la escasez de beso en tu boca, y por la ausencia de pasión en la mía. Deseo el desear de tú boca, la saliva que humedece de nuevo tus labios, la mordida que ocasiona el equivocar de tu emoción, deseo el desear de tu boca, y deseo lo que desea tu corazón.

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