Benditas resacas
Hay quienes dicen que nunca hay demasiadas resacas,
estoy de acuerdo,
pues no solo la bebida las provoca.
Hay veces que te emborrachas tan fuerte de alguien,
veces que te pones cieguísima de amor,
te bebes a esa persona hasta el culo,
bien del vaso, bien de la botella.
Disfrutas cada sorbo,
tanto lentos y largos,
como rápidos y cortos.
¿sigo hablando de sorbos?
Saboreas su persona, la tragas, la digieres y la meas,
Y cuando por fin se va…
¡Joder, cómo duele!
Benditas sean.
Corazón salado
Mi boca guerrera,
construye muros,
diques, trincheras
en forma de sonrisa,
para no dejar salir las penas,
Mis ojos, en cambio,
que son los que te miran,
son el balcón
por el que mi corazón
se asoma asustado.
Temeroso de que descubran
que me derrito por ti.
Y mi corazón desecho
cae de mis ojos
hasta mi boca.
Y allí sabe a sal.
Siempre pensé que tenía un corazón dulce.
Me equivocaba.
Vaya vistas
No es sano,
y mucho menos cuerdo,
sentirse tan en calma
sentada al vorde
de este precipicio.
Pero no encuentro salud,
y mucho menos cordura,
sentada y a salvo
en cualquier otro sitio
que no tenga estas vistas.
Te quiero
Tanto tiempo queriendo y desqueriendo
que ya no se querer,
desaprendí a querer
y creo que lo hago,
no adecuadamente,
no como esperan que lo haga,
pero lo hago.
Y es que te quiero sin permiso, a destiempo y mal.
No se querer bien ni decente,
no se quererte a ti conmigo, ni a mi sin ti,
no se quererte, y ¿a mi?
A mi me quiero demasiado,
demasiado para dejarme ser tuya.
Porque te odio.
No, no te odio, te quiero,
te quiero pero mal.
Te quiero mal, a destiempo y sin permiso.
Sin permiso porque no me lo permito,
no me dejo, no te dejo.
Porque no pienso darte el placer de decidir,
el placer quiero dártelo de otra manera
y recíproco a poder ser,
dárnoslo al mismo ritmo,
al mismo son,
al mismo tiempo.
Porque te quiero, te quiero mal, sin permiso y a destiempo.
A destiempo porque te quiero sin compás,
te quiero cuando no estás,
te quiero cuando no debo
y cuando no puedo,
te quiero a horas
y a otras no,
te quiero ahora
pero ahora no.
Porque te quiero, te quiero a destiempo, sin permiso y mal,
muy mal.
No se hacerlo
y sin embargo lo hago,
lo hago mal,
pero te quiero.
Quería
No sé si quería quererte y que me quisieras.
No sé si no quería o si no sabía,
igual no quiero saberlo.
No se si no querías quererme y que te quisiera
No se si no querías o si no sabías,
pero creo que no quieres saberlo.
Quería saber si te sientes bien
con aquellas que quieren que las quieras
sin querer que te quieras a ti.
Y yo aquí queriendo que te quieras,
queriendo negar que te quiero,
porque no te quiero, lo sé.
Pero no quiero saberlo
y desde luego
no quiero que lo sepas.
Siempre como nunca.
Me encanta que me comas.
Lo haces como si jamás lo hubieras hecho
y como si lo hubieras hecho siempre.
Como si de tu primera mujer se tratara,
los primeros pechos que tocas,
el primer sexo que lames,
el primer culo que azotas,
los primeros labios que muerdes,
pero como si lo hubieras hecho toda la vida.
Tus ojos perdidos en los míos,
tu nariz oliendo a nosotros,
tus labios en mi cuello,
tus dientes en mi seno,
en el otro seno una mano,
y la otra mano en mis labios.
Me derrito en tu boca y tú en la mía,
besos sabor a orgasmo,
me deshago ante ti,
me fundo contigo,
como si nunca lo hubiera hecho,
pero como si lo hubiera hecho cada día.
Yo empiezo húmeda
tu acabas chopado,
tus dedos, pura dinamita
yo estallo manchandolo todo,
y jo-der.
Somos las ganas del novato
y la pasión del veterano.
Tienes poder
El poder de hacerme perder la cordura,
o la poca que me queda.
El poder de acelerar mi respiración,
mi pulso, con un solo gesto.
El poder de que todos los pelos de mi cuerpo,
de acuerdo se alcen a una.
El poder de hacerme vibrar,
temblar, con solo palabras.
El poder de atraparme tan fuerte,
tanto, que me siento libre.
El poder de tenerme,
y no es poco.
Pero el poder corrompe,
y me rompo.
Ganas
Mis ganas de ti son hambre,
una vez te como descansan.
Pero vuelven siempre,
tarde o temprano mis ganas.
Mi hambre de ti son ganas,
hambre de hombre.
Ganas de comernos,
de un hombre con ganas.
Mis ganas de hombre soy yo,
hambrienta de tus ganas.
Mis ganas de hambre eres tú,
hombre hambriento de ganas.
Mi hombre hoy no es hambre,
y no soy sin un hombre con gana.
Hoy tengo hambre de hombre,
y hoy me quedo con las ganas.
Te odio
Te odio por volver a hacerme caer,
por provocarme ese temblor de piernas.
Por dibujarme esa estúpida sonrisa en el rostro,
y emborronármela después.
te odio por hacerme sentir tanto,
hacerme sentir tan especial, tan gilipollas.
Por ser el culpable de los latidos de mi estómago
y de la angustia de mi corazón.
Te odio por volverme a meter pájaros en la cabeza,
por ocupármela de ti.
Te odio por lograr en mi tanto
sin siquiera intentarlo.
Te odio, pero gracias.
Todo sería mucho más aburrido sin ti.
Arrancaría
Te arrancaría los labios
si a ciencia cierta supiera
que nunca más me vas a besar.
Te arrancaría los ojos
si ya no fueran a hacerte pensar
que te parezco preciosa.
Te arrancaría los dedos
de saber que ya jamás
volverían a estremecer mi cuerpo.
Te arrancaría las cuerdas vocales
si supiera que ya no
vibrarán más por mi nombre.
Te arrancaría las piernas
si nunca más te fueras
a arrodillar por besarme.
Te arrancaría los brazos
si descubriera que ya
no me volverán a rodear.
Pero antes de todo ello
me arrancaría a mí la vida,
para que todos los demás te puedan disfrutar.
Ojalá
De ojalás no se vive y ojalá no hubiera muerto
tantas veces por ellos.
Se acabó el ojalá tenerte,
ojalá besarte,
ojalá tocarte,
ojalá abrazarte,
ojalá contigo,
ojalá ahora, luego y más tarde,
ojalá aquí,
ojalá en tus brazos,
ojalá tus manos, tus dedos,
ojalá tu pecho,
ojalá tu boca, tus labios, tu lengua, tus dientes,
ojalá tú,
ojalá en ti,
ojalá tú en mi.
Se acabaron, pero ojalá.
Te diste prisa
Yo aquí sigo,
con media sonrisa en la boca,
todavía con sabor a ti en los labios,
con mi pelo impregnado de tu olor,
con tu voz enrollada al cuello.
Todavía con el eco de los escalofríos
que provocan tus yemas en mi espalda,
con restos de arañazos de la última vez
y tú allí,
ya en otros brazos.
Sed de ti.
La luna no vale nada después de tus lunares.
Ninguna ventana me ofrecerá mejores vistas que tus ojos.
El sol apenas alumbra comparándolo a tu risa.
El fuego de una hoguera más bien hiela tras tus manos.
Soñar ya no es lo mismo desde que no duermo en tus brazos.
No habrá mejor refugio que los pliegues de tus labios.
Jamás oiré mejor melodía que tu voz al nombrarme.
Volar me es aburrido tras caminar contigo.
No encontraré mejor lienzo que tu espalda.
El mar se aprecia pequeño a tu lado.
Y no existe agua suficiente que me calme mi sed.
Te me llevaste
Te me llevaste, te me llevaste toda,
te llevaste contigo mi todo,
sin dejar de ti en mi nada.
Te llevaste mi todo en el bolsillo, igual sin saberlo,
porque todo mi yo lo puse a tu nombre.
Todo sonaba mejor con tu nombre.
Te llevaste mi yo, que es tuyo, pero no es tu yo.
Y ahora ni te tengo ni me tengo,
y a ti te quiero pero a mi me necesito.
Necesito tenerme, pero no puedo.
Porque estoy a tu nombre
y ahora simplemente no soy.
Dime
Dime quién es ella.
Dime que es especial.
Dime que la quieres.
Dime que te quiere.
Dime que lo hace más que yo.
Dime por favor, dime.
Dime que te hace vibrar
Dime cuando la elegiste.
Dime porqué no me lo dijiste.
Dime que es maravillosa.
Dime que es mejor que yo.
Dime por favor, dime.
Dime que adoras su sonrisa.
Dime que solo puede ser ella y no otra.
Dime que te hace volar.
Dime que te quita el sueño.
Dime que te hace soñar aun despierto.
Dime por favor, dime.
Dime que sus abrazos te encienden.
Dime que te hace feliz, simplemente.
Dime que te alegra las mañanas.
Dime que te divierte en las noches.
Dime por favor, dime.
Dime, dime, dímelo
Dime porque ella y no yo.
Reflejo
El destino se ríe de mi
obligándome a pasar cada día por ahí,
el sitio donde nos fundimos por primera vez.
Y miro con nostalgia a la ventana,
esa que miraba con envidia nuestro desenfreno.
Y ahora la ventana me mira con ojitos de pena.
Y no sé si tú me echarás de menos
pero la ventana a nosotros sí.
Me lo ha dicho su reflejo.
La cuestión
Jodida cabecita, siempre dándole vueltas a las cosas,
preguntándose lo más sencillo y lo más remoto,
y el porqué lo más sencillo no es más remoto
y lo más remoto no es más sencillo.
En porque lo complejo hay a quién asusta
y a quién motiva.
Que a veces prefieres lo fácil por comodidad
o por cansancio de escalar montañas sin cima.
Me pregunto si la maldad se nace o se hace,
si el destino o las propias decisiones,
si la suerte o el sudor de tu frente,
si es todo gris en vez de blanco y negro o todo un arcoíris.
En si el amor y el odio,
el dolor y el placer,
la vida y la muerte,
son caras de la misma moneda.
y en que por si acaso
seguiré tirando
a ver si por una vez
no sale cara.
Porque la cuestión
es que de todas ellas
tú sigues siendo
mi pregunta favorita.
Ay amigo
Ay amigo, eres mi preocupación de la guarda,
siempre intentando evitar que me hagan daño.
Y sé que es un trabajo duro,
pues soy una masoca empedernida
que siempre está llamando a la puerta del amor.
Ay amigo, tú que tanto me quieres
y tanto te enfadas con mis insensateces,
que siempre tienes en la boca un «te lo dije»
vacío de orgullo y lleno de decepción,
bien sabiendo que no será el último.
Ay amigo, tú que tantos años llevas conociéndome
y que tan bien lo haces.
¿Porqué me preguntas porqué le sigo queriendo?
¿A caso no sigo amando a la vida
a pesar de todo lo que nos ha hecho?
Globo globito
Pocas cosas me apenan tanto
como ver un globo
que se escapa de las manos,
mientras contemplas
como sube hasta la nada,
hasta el olvido,
hasta el país del nuncajamás.
Me hace pensar que
el amor es ahorcarse
con una soga colgada
a un globo de helio.
La cual aprietas con fuerza
porque no quieres que se escape,
a pesar de que te está matando.
Había una vez
Había una vez,
y otra vez después,
y también una vez más,
y otra después de esta,
y hubo otra vez,
y ha habido otra más,
y hay otra de hecho,
y aun habiendo, otra vez más,
y de nuevo otra vez ,
y hubiera habido otra,
y reincidiendo una vez más,
y como esa habrá otra,
y una tras otra, una y otra vez
y ojalá haya alguna otra más.
Como habría de haber habido, y habiendo hay y habrá.
Y lo intento
Si la felicidad
recae en el intento
y no en el logro,
tendré que agradecer
seguir intentando lograrlo
más que el logro de encontrarlo.
E intento querer creer
que prefiero la inestabilidad
que encuentro en la búsqueda
más que la calma de unas olas
que llegan a su meta
muriéndose en la arena.
Me dejé prohibido
morir en una orilla,
que no me hiciera sentir viva.
Porque la felicidad
recae en mi intento
y no en tu logro.
Los dados
Cojo un par de dados decidida a sacar mi número,
fallo pero no importa,
a la primera es difícil.
Segundo intento, dobles, vuelvo a tirar.
lanzo, agito, tiro, vuelvo, soplo, sigo y repito.
No sale el número.
Lo intento de nuevo, nada, otra vez siete,
jodido siete,
ojalá me interesase el siete.
Continúo, persisto, cambio de mano,
no desisto, no descanso, no me rindo,
pero el maldito número sigue sin salir.
Las dudas me animan a que pare,
pero es la única manera
hay que seguir lanzando.
Horas, días, semanas y meses lanzado los dados
y no logro explicarme, con la mala suerte que tengo, porque nunca sale el número 13.
Puta poesía
Me dicen puta
Me dicen puta pesada,
puta pesada con tanto poema,
y tantos poemas de poetas puteaos.
Me dicen patética
Patética por enamorarme de una puta
Que va de verso en verso
y de prosa en prosa.
Poesía, así se llama y así se prostituye,
se prostituye a poetas patosos,
a cambio de poemas con pautas o sin ellas,
entre pedos, potas, pitillos y petas.
Ella se vende por palabras
y yo la compro porque la quiero,
la quiero platónica y patéticamente
y es una puta, pero la quiero.
Igual
Igual soy esa chica
que va de noche en noche
de cama en cama,
de nombre en nombre.
Igual con hombres,
igual con mujeres,
porque no me quieren,
porque no me aprecian.
O igual soy yo
la que decido turnarlos
porque igual soy yo
quien no les aprecia lo suficiente.
Igual lo hago
porque me gusta,
o igual es porque quiero,
o igual porque lo único que quise lo perdí.
Igual porque te sigo queriendo,
o igual a quien no aprecio,igual a quien no quiero lo suficiente
no es a ellos, sino a mí.
Deseos
-12 uvas de año nuevo.
-Soplar las velas.
-Mano de mono.
-Cuando cae una pestaña.
-Hogueras de San Juan.
-Estrellas fugaces.
-Hechizos con laurel.
-Las 11:11h
-Lámpara mágica.
-Hacer volar un diente de león
-Cada luna llena.
-Cuando pasa un tren.
– Encender una vela blanca.
-Lanzar una moneda a una fuente.
Sigues siendo lo primero que pienso
a la hora de pedir un deseo.
Pero es un deseo que nunca llego a pedir.
29 besos
Mis piernas miden 15.
7 más 7 y uno en la rodilla.
A mi cara le sobra con 4.
El más fuerte en la boca.
2 serían mi cuello,
que no se aguatan las cosquillas.
Mis pies solo 3.
Un par mide mi vientre,
y ahí en medio el bache de mi ombligo.
Otro par de besos mi sexo,
que los prefiere con lengua.
Un par de besos más
une el primer par con otro par,
mis pechos.
Mido 29 besos,
32 de puntillas
Mi nuevo amante
Tengo un nuevo amante,
podemos pasarnos el día en la cama.
Haciendo de todo o sin hacer nada,
disfrutando el uno del otro.
Mi nuevo amante conoce cada rincón de mi cuerpo
y es capaz de hacerme estremecer como nadie,
me encanta, me comprende, me escucha
siempre atento y sin interrumpir.
Siempre me dice la verdad
de la forma más amable que conoce,
me cuida, se preocupa por mi más que nadie,
me quiere, me quiere como nunca nadie me va a querer.
Me hace reír como nadie sabe,
tenemos los mismos gustos e ideologías,
nos apetecen las mismas cosas
y odiamos juntos a las misma gente.
Es mi nuevo amante, pero lo conozco de toda la vida.
Siempre ha estado ahí, en las buenas y en las peores.
Ha sido quién más veces me ha oído reír,
quien más veces me ha secado las lágrimas.
Mi nuevo amante es mi amante más antiguo,
y a pesar de conocer cada uno de mis secretos,
cada mentira, cada cagada, cada insensatez,
me sigue queriendo, tanto como yo a él.
Porque mi nuevo amante de ayer,
mi amante de hoy y de mañana
soy yo,
lo he sido y lo seré siempre.
El ciego conductor
Hay trenes que pasan una vez en la vida,
y los pierdes para siempre.
Hay trenes que pasan cada vez
que se les baja un pasajero.
Hay pasajeros que van de tren en tren,
ensuciando y destrozando asientos.
Hay pasajeros que no se suben a ninguno
pues ninguno les lleva al lugar que han planeado.
Hay trenes que pierden pasajeros,
por no esperarse al pasajero que corre detrás.
Hay trenes que llegarán siempre tarde,
por sí esperarse al pasajero que corre.
Hay pasajeros que se bajan del tren,
pensando que ya era su parada.
Hay pasajeros que no se bajan nunca,
por la comodidad de sus asientos.
Hay trenes que esperan encontrar
pasajeros en cada parada.
Hay trenes que pasan
sin pararse siquiera.
Hay pasajeros que se suben en la primera
y van hasta el final de trayecto.
Hay pasajeros que han de bajarse del tren,
lejos de su parada, por avería del mismo.
Hay trenes que te ofrecen paisajes inolvidables,
hay pasajeros que se dejan su equipaje en el tren.
A pesar de todo.
Te sigo queriendo
pero qué le voy a hacer
si en tus manos
la vida no dolía,
no tanto.
Te sigo anhelando,
y sigo combinando
mi ropa interior
por si algún día vuelves
a querer quitármela.
Te sigo suspirando,
ya les gustaría
a muchas manos,
tocarme
como lo hacían tus palabras.
Te sigo pensando,
porque cada noche,
las sombras
susurran tu nombre
y me hablan de ti.
Te sigo esperando
aun sabiendo
que por mucho que vuelvas
no serás tú
quien regrese.
Te sigo queriendo
aunque ya no seas.
A lo mejor siendo nada,
seamos nada
para siempre.
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