Con vuestra lengua os hablo:
Para mi todos extraños.
Vengo de la tierra que anhela
aire, pan y falta de miseria,
vengo de allí donde la guerra
es un temor y vuestra bandera.
Mis hijas y hermanos
yacen aquí despreciados.
Tus cascos y estacas
cayeron inundando el barro.
Pero no he venido a pedir
que se coseche una vida
por cada una que yo perdí.
No, lo que deseo es la paz
a la vez que levantar
sonrisas y caricias
allá donde desangraste más.
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