Poetas inservibles, dañinos,
detractores y destructores,
escritores de magia blanca y rituales negros.
Por ustedes
hoy ya nadie sonríe,
ya nada sentimos
solo hay susurros
y el odio a nadie sostiene.
Ahora quieren llevarme en su automóvil convertible
por las calles de Londres.
Quieren exhibirme en sus palacios,
llevarme a pasear en sus helicópteros sobre los canales de Venecia
o sobre los cadáveres del Ganges,
me quieren dentro de sus mujeres
y que firme autógrafos en el lobby de algún hotel.
Quieren que tome mi avión privado para dar giras musicales,
que bese mujeres adineradas y malcriadas
o que ayude a curar alguna enfermedad,
quieren que monte sus fotógrafas, profesoras y actrices:
sus escritoras jóvenes y desesperadas que huelen a cigarrillo y a ginebra,
me quieren sobre sus periodistas,
sobre sus reinas,
administradoras, abogadas, diseñadoras e ingenieras.
soy de los afortunados
élite de exclusividad.
Soy un afortunado impostor
de esos que ya no son viejos
sino que ahora son jóvenes,
soy uno de esos que pueden volar sobre el tiempo.
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