Al toro y a esa su oscura sombra

A lo callado de su rebufo

A la traición de su mirada

A esa bruma espesa que lo escolta.


Todo está resuelto

Y entonces…

a quién acudir

con quién hablar

a quién sonreír

con qué soñar.


Al toro y a su azabache estampa

Se acercan marineros de nubes

Con capotes de hilos de sueños

Zurcidos entre la espuma blanca.


Y el toro ataca a esa muleta

Cercada por traicionera fama

Embistiendo con astas ciegas

Colores de soledad amarga.


Y a ese toro en su manso albero

Agitados tormentos le asaltan

Prendiendo la muerte en la arena

Que con otra embestida remata.


El cáncer fue mortal


En Salamanca


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