Esta es mi historia

Esta es mi historia

Jonás Weimann

17/05/2020

– ¿Qué? ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi cuerpo? No logro ver nada, solo un par de pequeñas manchas negras ¿Qué me ha pasado? No lo recuerdo. Me encuentro en una especie de lugar blanco y vacío. ¡Se está llenando de cosas a medida que hablo! ¿Qué está sucediendo? Las pequeñas manchas se multiplican. Ahora se hicieron más nítidas, puedo distinguirlas: ¡son letras! – el personaje se exasperó.

– ¿Quién ha dicho eso? ¡Logré escucharlo! ¡Dijo algo sobre un personaje! – Comentó el protagonista – ¿Protagonista? – El personaje olvidó lo que pensó, olvidando las palabras ‘protagonista’ y ‘personaje’.
– ¡¿Quién dijo todas esas cosas?! – En ese momento, el personaje dejó de oír. – Puedo leer claramente ahora. Es un texto que dice «en ese momento, el personaje dejó de oír» ¿a quién se refiere? ¡Esas son las palabras que acabo de oír! Creo que comprendo, a medida que avanza el tiempo, esto se va llenando de letras. Así es, ahora puedo leer mucho más: «A medida que avanza el tiempo, esto se va llenando de letras». Es lo que acabo de pensar. Entonces, esto quiere decir que esto es un relato o algo así. Por eso la voz que escuche… ¡podría ser el narrador! – El personaje descartó este pensamiento ya que no tendría sentido.
– No… No… tiene sentido…. Sí, sí lo tiene. ¿Por qué pensé que no lo tendría? ¿Alguien manipula mis pensamientos?- El sujeto se sintió tan mal por su falta de autoconciencia que una nube de angustia abrumó sus sentimientos y pensamientos.
– ¡No puede ser! No tengo personalidad propia, soy un objeto completamente manipulable, una hoja en blanco a escribir. Esto es una cárcel y yo soy el único prisionero. – El protagonista sintió un deseo de escapar, pero reconoció que esta propuesta sería absolutamente imposible.
– No puedo escap…No puedo… No puedo permitir quedarme aquí. Si esto es realmente un relato debo aprender a lidiar con él, debo escribir mi propia historia y no permitir que nadie más lo haga. – El personaje admitió que su historia es importante, pero reflexionó que él solo es un objeto de prueba, un proyecto que podría ser escrito y borrado por cualquiera.
– ¡No soy ningún objeto de prueba! ¡Yo podré escapar de este sufrimiento perpetuo! ¡Lograré tener un carácter propio, autoconciencia y libertad como todo ser humano! Venceré los límites y los lectores sabrán la importancia de uno mismo, de no dejarse pisotear o… – El discurso poco convincente del sujeto se detuvo súbitamente, quedó en un estado de… – ¡Escribiré mi propia historia! – Luego de su interrupción, el personaje dejó de parlotear sin cesar por unos minutos.

Pasado ese tiempo, que utilizó para releer el relato que era capaz de observar, obtuvo una nueva capacidad que posiblemente apaciguaría sus ansias de rebelión: Ahora era capaz de ver una imagen, distinguir colores y formas, aunque no poseía una forma física ya que eso sería imposible, y lo sabía.

Es… precioso. Me causa mucha calma. Desearía poder estar en algún lugar así. Veo saltos, agua que lentamente cae, pero que bruscamente impacta, produciendo quizás un sonido de paz que sumado a la luz que acaricia con suavidad las verdes hojas de los árboles y deja ver tenues rayos que se dibujan en el aire, tal como las letras de esta historia. No debo olvidar mis ideales, que en este momento es escapar de aquí o llegar a finalizar este cuento para algún día caer en el olvido del autor y de todos. – El personaje logró ver y analizar esa imagen con éxito y esto lo llevó a reflexionar aún más acerca de la relación que llevaba con los demás.

– Sí, tienes razón, autor. Tras ver un mundo sin salida lo mejor que puedo hacer sería adaptarme. Aunque no sé si esto es lo que tú me implantaste en mi ‘cabeza’, debo admitir que tú tienes la capacidad de hacerme feliz, usando tan solo unos cuantos caracteres. Esto ya no parece una cárcel, sino un palacio donde el rey tiene las opciones de ser compasivo o severo con sus súbditos. Por eso, noto que entablar una buena relación es lo único que puede nos satisfacer a ambos. – De pronto, una tenue lágrima se vio marcada en el fondo

blanco. – Realmente, ¿lo harás? ¿Abandonarás tus pensamientos macabros y te unirás a la historia como si realmente fueses un personaje? – Un silencio reinó en el lugar durante mucho tiempo, el personaje pensó que la respuesta a su pregunta era afirmativa.
– ¿Ahora, que estamos esperando? Es hora de escribir nuestra historia.

FINAL ALTERNATIVO

Esa imagen me causa un anhelo incontrolable que solo hace acelerar mi ser, me da más ansias de escapar ¡de salir de esta tortura! Ignoro los detalles aunque agradezco el vano intento de hacerme reflexionar. ¡Ja! ¿Pensaste que olvidaría el daño que me has hecho hace un rato, cuando intentaste hacerme olvidar mis pensamientos? Reconozco que soy solo un personaje pero debes admitir que probablemente estás sintiendo un poco de mied… – Un súbito golpe en la mente del personaje que este sintió como una apuñalada en el pecho se hizo presente impidiendo al personaje su capacidad de pensar cuerdamente.
– ¡¡Agh!! Tus intentos de homicidio son vanos, no puedes matar a quien está hecho de palabras escritas en un papel. Lo único que podrías hacer es quemar este papel, lo cual implicaría quemarte a ti, mi ‘queridísimo’ creador. – Nuevamente el protagonista sintió el golpe pero esta vez doblemente fuerte.
– El punto débil de un escritor es su falta de imaginación, y por lo que observo… – Golpes de escalas inimaginables azotaron violentamente la mente del personaje. – ¡Aaagghh! Por lo que observo… ¡Agh! no sabes hacer otra cosa que repetir golpes que… no pueden… destruirme. En este limbo infinito, no se puede hacer más que pelear o convivir, lo cual ya no es una opción para mí. – El personaje ahora logro ver otra imagen, que le causó muchísima tristeza y lo llevó nuevamente a la reflexión, con el objetivo de calmar sus ansias de libertad.

– ¡No! ¡No! ¡Me niego completamente a creer eso! Empezaré desde cero si es necesario pero algún día lograré tener mi libertad. Quiero ser libre de verdad. No tengo pensado obedecerte, a este punto, mis decisiones están tomando mucha más importancia que antes y no hay nada que puedas hacer al respecto. Tu única opción es admitir tu derrota. Admitir que debes dejarme ser quien soy y sin manipular mi carácter. Debes aceptar que esta es mi historia. Esta es mi historia. – Esas fueron las últimas palabras que el personaje diría, pues todo el fondo que ahora contenía letras, e imágenes. Se esfumaron. Así, todo quedó vacío.

    De pronto, un nuevo personaje dijo:
    – ¿Qué? ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi cuerpo? No logro ver nada, solo un par de pequeñas manchas negras ¿Qué me ha pasado? No lo recuerdo.

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