Harold era una maravillosa persona. Cuando no bebía. Bien, es justo decir que hace 20 años que no lo veo, así que creo que habrá cambiado un poco, ese ritmo no lo aguantaba ni un ruso muy entrenado. Mis amigos acabaron por conocerlo como el «Wuot».  Se bebía una cantidad inhumana de cervezas y su cerebro funcionaba a ralentí,y solo repetía «what?». Harold era un personaje muy especial, se hacía querer a su manera, porque en el fondo desde su pinta de skinhead agresiva era entrañable.

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Llamaba Harold a todo lo que le rodeaba, así, su coche (un beetle de los colores del parchís) se llamaba Harold, como su pez, su periquito, su tortuga y al final también su bici cuando le retiraron el carnet. También se lo hubieran retirado con la bici si hubiera existido licencia para bicis, pero al no existir (dadles tiempo que yo ya les di la idea). Siguió yendo al pub para ponerse en su peculiar estado «Wuot» hasta un dia que estaba nevando, iba en bici, se cayó en el arcen y se quedó dormido mientras, la nieve lo iba cubriendo (Harold debe tener más vidas que un gato seguro). 

Una vez Harold vino a visitarnos, aún vivíamos en casa de mi madre así que durmió en mi habitación de «soltera» encima de 3 colchones porque habíamos puesto los que nos sobraban en esa habitación, nos sabía mal tirarlos, (aún estaban aprovechables). Harold no tuvo ningún problema, en escalarlos, incluso durmió tan a gusto que nos solucionó el tema, los meó los 3 así que ya no nos dio reparo tirarlos.

Entendereis que nos entraran unas ganas locas de enseñarle Tárrega aprovechando que era el festival de teatro en la calle, así lo tendríamos entretenido al aire libre y con muchos árboles para mear.

Harold tenía un radar para encontrar lios gordos y ese año en Tárrega acabó todo en llamas (y no fue culpa de Harold); ardió un coche, ardió la casa consistorial. A las 8h a.m. la policía todavía estaba cargando contra la gente, Harold, como era habitual en él, pilló una cogorza y se ehó a dormir, y se despertó en pleno follón, todo eran gritos y porras,sacó la cabecita de la tienda de campaña y como no reconoció el lugar, dijo » wuuuooot?» y le entraron unas ganas locas de encontrar un bar lo antes posible, así que, ni corto ni perezoso, vió a aquel poli con la mano levantada a punto de dar un porrazo a alguien, le paró en seco cogiendole de la muñeca y preguntándole » Excuse me, un bar?». A lo que el poli muy en su papel de chulo con gafas de sol de espejo y chicle le contestó con un silencio previo de 2 segundos (supongo que a él le sorprendió incluso más que a nosotros) «vete por ahí, anda», a lo que Harold dijo, «Thanks mate!» y se fue corriendo en la dirección que le indicó aquella porra. 

Camping municipal de Tárrega 

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