Te hubiera entregado mi vida

Al doblar la esquina en urquiza y san martin escuchaba esa melodía tan dulce y me quedaba un momento Hasta que terminara. nunca mide hacia dentro. me hipnotizaba la música . El ventanal tenía una cortina blanca con dibujo de cisne en un lago muy sutil y delicado. después de casi seis meses una tarde de invierno se abría la puerta de madera de esas casonas antigua con picaporte de bronce y la vi salir a ella una hermosa joven de entre 16 y 20 años con un rodete hecho con esa redesilla color negro. calza negra y remera suelta blanca. Su rostro relajado maquillado muy suave. marcando sus enorme ojos azules.

A partir de ese momento me di cuenta que había pasado 30 minutos mas tarde y saque cuenta para pasar antes de que empiece la clase. quería disfrutar de su belleza cuando entraba. quería disfrutar de la música sabiendo que ella estaba bailando y esperar para cuando saliera. 

Esto se me hizo un ritual dos veces por semana durante los próximos cuatro meses. al pasar una tarde de septiembre y pararme en la esquina sólo para mirarla sin que nadie se de cuenta que yo existía. para mi era como ir al teatro o al recital de un grupo de rock y disfrutar de un espectáculo sin iguala.

al mirarla sentía mi corazón que se me salia del cuerpo no podía creer lo que me había sucedido en esa esquina junto a ese ventanal con esa música clásica que me trasladaba a otra época.pero todo eso junto no era nada sin ella.

Esa tarde llege un poco mas temprano y me acerqué a la puerta donde había un cartel promocionando el festival de fin de año en el teatro de la calle belgrano. me ilusione con poder verla bailar con ese tema que escuche desde la vereda durante casi un año. surgió un problema y era que solo vendían a familiares.

En ese momento empezadon a llegar las primeras alumnas y fue tanto mi alegría al ver una vecina de mi abuela que venía con su nieta que me acerqué a saludarla y nos pusimos a charlar después de casi media hora saque el tema del festival y ella sin tener que aclararle nada. supongo que era muy obvio. me ofreció comprarme una entrada. 

A la semana al tener la entrada no lo podía creer y solo esperaba ese momento con tanta alegría que padecía un adolescente. no entendía tener ese sentimiento con mis casi cincuenta años. 

llegó el día para ese momento sabía que se llamaba romina también que iba a bailar El lago de los cisne en punta. sabía que su baile venía después de regeeton. En la espera trataba de recordar cuando en mi vida había tenido este sentimiento y me di cuenta que nunca viví nada igual.

pero ella nunca se presentó y jamas la volví a ver. después de casi diez años no pude olvidarla y  me pregunto que hubiera sido.