Ayer, 25 de mayo, a primera hora de la mañana, 404 No encontrado dejó el trabajo. Salta a la vista que se trata de una acción poco meditada. Se largó sin previo aviso, abandonando la instalación principal ajeno por completo al caos que podía provocar su ausencia repentina. Desde ayer no tenemos más que incidencias y fallos en todas las áreas del sistema. Y si esto fuera poco, los que estamos doblando turnos para sortear el imprevisto, ahora debemos soportar también las inspecciones, cada vez más frecuentes. Creo que temen que en cualquier momento algunos de nosotros decidamos irnos también.

He oído antes en el pasillo que 404 se encontraba mal desde que recibió, solo en una hora, una auténtica avalancha de peticiones erróneas realizadas a un único servidor llamado «elsentidodelaexistencia.com». El incidente ocurrió el martes pasado y no tuvo mayor importancia para el sistema, se atendió, procesó y archivó como un trámite normal. Sin embargo, 404 se lo tomó a la tremenda, como si se tratase de una cuestión personal. 

Está claro que el trabajo diario entre montones de solicitudes simultáneas termina desgastando la paciencia de cualquiera: no es fácil conservar el tipo, poner buena cara y comportarse siempre como un Código de Estado HTTP sin perder la compostura. Y sin embargo, durante estos años, todos hemos venido manteniendo la moral y trabajado muy duro (bueno, casi todos, como suele ocurrir en cualquier sistema); incluso haciendo horas extra, como la semana pasada con el ataque DDoS: fueron tres días seguidos trabajando sin parar y nadie se quejó. Muchos piensan que yo, como 200 OK  lo tengo más fácil porque pertenezco a la sección 2XX Peticiones Correctas, y a diferencia de los de la sección 4XX Errores no tengo que procesar solicitudes con problemas, pero mi trabajo es agotador.  Debo analizar cada una de las llamadas,  y aunque se trata de seguir un protocolo establecido, no puedo permitir que la rutina del proceso me embote y mis sentidos vuelen libres hacia otra ocupación. No. Atender las peticiones exige concentración, es una tarea que te consume. 

Aquí dentro los días pasan rápidamente uno detrás de otro, pero las horas en el reloj avanzan lentas. Cada uno lo sobrelleva a su manera: 206 Contenido parcial algunas veces habla solo, 403 Prohibido y 504 Tiempo de espera de la pasarela agotado incluso cantan, lo hacen muy bajito.  Pensándolo bien, este trabajo requiere atención aunque no hasta el punto de absorberte del todo, por lo que una parte de ti sigue libre, al margen de los procesos, y es esa parte la que de vez en cuando echa a volar. A veces se va detrás de un banner, algo como una panorámica aérea de un minúsculo barquito blanco avanzando decidido en un océano enorme, helado y azul. Un punto de fuga, una ventana de 600×300 píxeles y 330Kb. Y después, volver al protocolo, concentrarse en el sistema. A veces preferiría no pensar en otra cosa, solo limitarme a procesar las peticiones. Son las 10 de la mañana. Hay millones de solicitudes pendientes, y en tanto éstas se estén tramitando irán entrando más y más, en una cadena infinita. 404 se encuentra ahora en algún lugar lejos de todo esto. Tal vez yo también debería irme. 

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus