Casi mil amigos.

La camisa roja triunfa, veintitrés «Me gusta», no está mal. “Sí, vaya pinta llevaba, es un facha redomado”. Novecientos noventa y nueve amigos en Facebook. Espera, es él. “Cómo mola la foto, vaya churris. Gilipollas. Ok hablamos… Anda, anda…” Uf, ciento cuarenta caracteres… Un agua con gas, gracias… ah, póngame hielo, por favor. Cómo tarda este tío. “Pepe, ya estoy”. Foto del agua con gas on the rocks con rodaja de limón dentro y burbujitas ascendiendo. Toma gintonic. Ya está, si repito “Hola, léeme otra vez” unas ocho veces casi llega a los ciento cuarenta caracteres. Seguro que alguien responde. Emoticono guiño, dos minutos. Emoticono cabreo. “Si entras y no me ves estoy en el baño”. Foto del rollo de papel terminado. “Menos mal que son aguas menores”, emoticono carcajada. Las tres. Una pizza margarita por favor. Foto de la pizza. “Me ha gustado”. A veinticinco también. Mierda, trozo de pizza al suelo. Mierda, el móvil al suelo. Cuchillo y tenedor en cada mano, móvil en la mesa. “Pepe: lo siento, reunión de última hora”. Luego te contesto capullo. En la parada del bus. Mira qué guapa. Perdona, no te fotografiaba a ti. Subir. Ochenta y siete «Me gusta». Les gusta la chica, no tú. “Un simple trayecto al trabajo puede ser todo un viaje”. No gusta. Muro de Lisa: foto de un perro abandonado. «Me gusta». Quiero decir que no me gusta por eso me gusta. “Sigo en la parada. Con lo que cuesta el transporte público ya podría ser puntual“. Seis minutos más de espera. Dos comentan mi queja, tres se ríen, ¿de qué se ríen? Me voy a pie. “Pepe, eres un perro (foto del perro abandonado de Lisa) dejarme colggado a mír…” Jodr, pensar, cruzar la calle y escribir a la vez, qué complicado… Ya no sé cuándo estoy pensando o escribiendo un tweet. Eh, eso es un buen tweet: “Ya no sé cuándo estoy pensando o escribiendo un tweet”. ¿»Cuándo» lleva acento? Romina Lagos, Puerto Rico. ¿Esta quién es? Aceptar solicitud de amistad. “Estado: ¡ya somos mil!”. “Estado del tráfico: del culo». Eh tú, ¿a quién coño pit

Fin