pipi.jpg

.Hoy es el día. Hoy es mi momento.  Es el día más friki del año.

Desde  hace siglos espero este momento. Como decía Andy Warhol: “Todos merecemos nuestros  15 minutos de fama”, salvo  La Esteban, que merece 16.

Desde tiempo inmemorial  llevo dando la tabarra con mi descubrimiento. Permitid que me presente.

Nací en la isla de Samos,  una bella isla del Mar Egeo. Mi padre Mnesarco, era un hombre acomodado. Viajé mucho con él, por motivos de trabajo, fundamentalmente a Egipto. Cogía regularmente la  Compañía marítima  del “Delfín Rojo”. Una  Transmediterránea con unos precios muy asequibles. Viajé a la  corte de Cambisses. Me cogí un Erasmus y me fui a Babilonia a aprender magia potagia.  Me llevaba muy mal con el tirano de Samos, Policrates, que era –lógicamente- el  baranda de la isla. Pero  no por temas políticos, sino precisamente por todo lo contrario. Poli quería que me metiese en política y yo pasaba de él como dela mierda.  Desde muy pequeño  mostré una gran capacidad (perdonar mi petulancia y lenguaje encumbrado, soy así) para las matemáticas. ¿Mi nombre? ¿Qué más  da?’  Uno de mis más fieros rivales, Euclides,  me llamó de todo, menos bonito. Pero,  ¿A quién le importa lo que yo  haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?  ¿Qué es eso ahora? Jámblico y la escuela Jónica me apreciaban mucho y por eso me hicieron  una publicidad eficiente y barata, porque yo era más  avaro que una rata.

Ha pasado demasiado tiempo y ya las  batallas de juventud me dejan al pairo, así que paso de hablar de mis enganches  académicos.  De hecho, esta pereza que me da discutir ha hecho que apenas haya escrito o publicado nada. No he dejado más legado que la tradición oral. Eso sí, supe rodearme (como Chemari Aznar) de una gran equipo de  colaboradores.  Ese (y un buen publicista) es el secreto de mi éxito.  Llevo esperando éste momento desde hace mucho, muchísimo tiempo.

Soy el autor de la constante matemática llamada “número pi” (π)

pi1.jpg

Si, pi, (π)  la decimosexta letra del alfabeto griego (i elliniki glossa).

Tranki.

Y mañana, en mi honor, todas las escuelas donde se enseña matemática, geometría y  Algebra Euclidiana  celebran el momento más friki del  año. ¿Qué digo del año? Del siglo. ¿Qué digo del siglo?  De toda la eternidad  (que solemne y frío me ha quedado).

Este año 2015, viviremos juntos éste MI momento.

A las 9 horas, 26 minutos y 53 segundos de la mañana, será el día 3.14.15 9:26:53, 

pi3.jpgla primera vez desde que se celebra este día que se llega a los 9 decimales. Durante la primavera de 1592, a las 6:53 con 58 segundos, se expresó en 12 dígitos. Pero en ésa época no había Internet y me quedé con las ganas. Un astrónomo  sueco Tycho Brahe me dio la paliza pretendiendo celebrar ése año  toda esta parafernalia, pero a mí no me gustan los saraos y no tenía ganas de irme a Suecia a comer nieve y tomar Prozac haciendo el paripé ante el cotarro académico sueco. Así que no fui. Prefiero esperarme al 2015. No me gustan las albóndigas  suecas tan indigestas de Ikea.  Me gusta más  la comida griega con el Oktapedi  (pulpo a la griega), el Souvlaki y la melitsana. Soy vegetariano estricto, pero permito comer  de todo a mis  doctorandos. Entre mis principales discípulos tengo a  Dicearco de Mesina, Aristóxeno y Heráclides Póntico. Y los  periodistas que  mejor me ponderan son  Porfirio y Jámblico. Soy  así.  Según Luziano de Crescencio  odio las habas. No es verdad, pero como dicen los anglosajones, demasiado bueno para negarlo. Too good to deny. Dejad que hablen de mí, aunque sea para bien.

Podía deciros que formé una escuela iniciática muy famosa en Crotona. Estaba hasta el moño de Polícrates, el tirano de Samos y me cogí un año sabático y  me fui  a Italia.  Mi secreto es que no dejé nada escrito. Pero supe rodearme de muchos seguidores, que amplificaron y  publicitaron mis Vida. Aquellos que no pertenecían al núcleo duro de mi  grupo los llamaba s acusmáticos (akousmatikoi). Les permitía vivir  en sus propias casas, y les dejaba tener  posesiones personales; sólo asistían como oyentes durante el día. Como Alfonso Guerra.

Pero mi núcleo duro de seguidores eran fieles hasta la muerte. Ellos practicaban  el ser vegetarianos/ frutívoros. Y  gracias a ésa estricta dieta me he mantenido  durante estos 2500 años hecho un San Luis. Un tipazo. Una cinturilla de avispa. Una Schlanke Figur, como dicen los alemanes.  Así, hecho un pincel vivíamos en alegre convivencia y celebrábamos  sesiones  épicas  de filosofía, política y matemáticas. Uno de los momentos más bonitos del día era el  celebrar la llegada de un nuevo día, el amanecer, como  refleja  el  Óleo de Fyodor Bronnikov.

Pero hay más.  Fui el primero en NO discriminar a las mujeres. Las permitía estar en mis cenáculos y nunca les puse pegas para entrar en mis sociedades teosóficas. He sido pues, -puedo decir con esta humildad que me caracteriza, -, un innovador.  Según Krische.  Pero me persiguieron políticamente porque ya sabéis que a nosotros, los científicos los tiranos siempre nos han mirado con desconfianza. Somos peligrosos.  No salimos de las normas.  Somos extravagantes y no les reñimos las gracietas a los tiranos. Podría deciros  que  hay días de pi a lo largo de todo el año. Al combinar los valores numéricos de fecha y hora, se consigue un resultado aproximado a la constante. Por ejemplo, el 22 de julio (22/,1428) o el 10 de noviembre (9 de noviembre en años bisiestos), que es el día número 314 del año.

El número pi  lo establecí como  la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro. Estuve sembrado. Realicé la cuadratura del círculo. Hoy día me admiran en todos los países donde las matemáticas son ciencias, nunca mejor dicho, exactas. Los frikis de la Ciencia son los Físicos y los matemáticos. En mis tiempos nos llamaban matematei y a los miembros de mi escuela menos implicados en mis  dictatoriales métodos los llamábamos  de todo, fundamentalmente menos bonitos. La popularidad de π se extiende; incluso hay rankings internacionales de memorización de dígitos. El director de cine Aronowsky (Réquiem por un sueño, El cisne negro) puso su granito de arena con la película Pi: Fe en el caos.

Si quieres rizar el rizo y ser más friki todavía, puedes celebrar el instante π dos veces: una a las 9:26:53 de tu país, y otra a la misma hora del condado chino de Pi. (Lo reconozco tengo debilidad por las mafias chinas, creo que  escribí algo sobre eso…o no. No sé, me falla la memoria y el circuito de Papez.).

Para mafias, la del amiguete Cilón, que  nos masacró a cincuenta de mis alumnos y a mí. Entraron a saco, patada en la puerta tipo Corcuera, en la casa de Milo, en Crotona  de  donde estábamos de charleta. Y nos limpiaron el forro.

Pero mi espíritu permanece inmortal.

Y mañana es mi momento.

Recibid un pitagórico abrazo de vuestro amigo,

pitagorin.jpg

Πυθαγόρας

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus