Papi,papi.¿Qué es la libertad?

  Al norte de la ciudad del Misisipi,se haya una inmensa explanada donde se puede oír el bello cantar de los pájaros o el choque entre el agua y las rocas de la cantidad de cataratas que rodean aquel bello lugar.

Llega una ráfaga de viento,una ráfaga de viento que refresca a todos los árboles y flores que habitan allí,pero si os fijáis muy bien,os daréis cuenta de que algunos lo agradecen más que otros,os preguntaréis ¿por qué?,esto es debido a que ésta zona,desde hace millones de años o incluso mucho antes del origen del ser humano,ya fue conquistada por árboles y que debido al poco contacto con el hombre,aún se siguen conservando,son los conocidos «Árboles Milenarios» y yo,yo soy uno de ellos.

A lo largo de mi larga vida,he visto y he oído muchas cosas,tanto buenas como malas,pero claro,al decir esto,tendría que destacar un tema que no ocurrió hace mucho tiempo y que aún hoy en día sigue siendo una barbaridad,como es el tema del racismo, «¿cómo lo sé?»os preguntaréis,pues si os digo la verdad,no fue nada agradable,todo lo contrario,fue oscuro y muy doloroso:

Me encontraba en el mismo sitio de siempre,sin moverme y sin hacer nada de otro mundo que no puedan hacer los árboles, bueno,sí,sí que estaba haciendo algo,estaba observando el cómo las hormigas subían por mi grueso,duro y viejo tronco y el cómo se metían una a una en uno de mis agujeritos y yo lo sentía como si se tratase de un larguísimo cosquilleo hasta que oí  a tres personas,una de ellas parecía que estaba dando órdenes y las otras dos se podría decir que eran las voces de un hombre y una mujer,no eran voces de alegría,si no eran gritos,gritos de dolor los cuales nunca se acababan.

Cuando llegaron aquí,me dí cuenta de que el que iba dando órdenes,iba montado a caballo y era un hombre blanco,con ropa adecuada y con un látigo en el cinturón,en cambio las otras dos personas eran negras,llevaban ropa sucia y rota y tenía la espalda y las manos cubiertas de sangre.

El hombre blanco les ordenó que se quitaran las camisas y que se agarraran a mí,después de esto,cogió una cuerda y los ató alrededor de mi tronco.Aquel despiadado hombre sacó su látigo y continuaron los gritos,yo no podía soportar verlo pero aunque no lo viera,un dolor intenso penetró en el fondo de mi corazón.Diez minutos,diez minutos fue el tiempo que duraron el sonido del látigo  y los gritos de aquellas dos pobres personas hasta que de repente pararon,fueron los diez minutos más largos de mi vida.Al cabo de un rato,el señor cargó los dos cuerpos sobre su caballo y se largó.

Os cuento este triste momento puesto que me dí cuenta de la crueldad del hombre,pero de todo  lo malo siempre se saca algo bueno,os lo cuento como introducción al bello momento que os narraré a continuación.

Hace unos días vinieron a este lugar un padre y su hijo,los dos de color,trajeron una bici y un trapo.Yo me preguntaba el por qué estaban aquí y el qué iban a hacer pero en un instante pude captar con mis ojos la respuesta.

-Papá-Llamó el hijo-¿Qué es la libertad?

-Ven,sube en la bici-Ordenó el padre.

El peque se sentó en el cesto que había en el manillar y el padre le dijo que estirara bien los brazos como si fuera un pájaro y que se pusiera el trapo en los ojos,y en ese mismo instante,el padre se sentó en el sillín y comenzó a pedalear.

Aquella escena fue lo más,tanto para mí como para ellos,el verlos dando vueltas alrededor mía con el hijo haciendo que era un pájaro y con la bella sonrisa que tenía el padre en la cara, sería inolvidable.

-¿Lo sientes,hijo?-Preguntó el padre-¿Sientes el viento en la cara?

-Sí-Afirmó el hombre-pájaro.

-¿Sientes que estás volando?

-Sí, lo siento.

-¿Vuelas sin rumbo?

-Sí.

-Pues…¡Vuela,hijo!¡Vuela cada vez más alto y no permitas que nadie te corte tus alas de la felicidad!

Mientras el niño se convertía en un pájaro,su padre le iba diciendo que volara y que en la vida dejase de volar.

En un momento la bici paró y el buen padre dijo a su pequeño angelito:

-Pues eso es la libertad,volar sin rumbo,a donde quieras,como si fueras un pájaro buscando una isla cualquiera sin ser guiado por nadie.

-Si eso es la libertad¿nosotros no somos libres?-Preguntó con la cabeza agachada.

-¿No somos libres ahora?-El buen hombre hizo un parón-¿Me podrías prometer una cosa?Prométeme que nunca permitirás que nadie te corte las alas,que nadie te manipule,pues eres libre,hijo,eres libre de hacer las cosas a tu manera e incluso libre de hacer lo que quieras,pero lo que sí que te puedo decir es que a partir de ahora ya no vas a ser un esclavo.

-Mamá no murió libre¿no?

-¿Tu madre?Ahora mismo tu madre es mucho más libre que tú y que yo,en otro mundo,pero es libre.

-¿Otro mundo?Pero si está muerta papá.

-No,no está muerta,-Negó el padre-Tal vez ya no está en este entorno con nosotros,pero sigue estando aquí,en lo más profundo de tu corazón,y también está allí-Dijo señalando a las nubes.

-¿En las nubes?-Preguntó sorprendido el niño.

-Sí,en el Reino de Dios,donde va a ser libre durante años y años.

-Me gusta ese reino.

El pequeño se puso a recordar a su madre y se puso a llorar.

-La echo de menos.

-Yo también -Dijo su padre.

-Me duele llorar.

-¡Pues llora!¡Llora y sigue llorando,que llorar no es un pecado!Lloras porque la quieres,porque la echas de menos,porque recuerdas todos los momentos que has estado con ella y porque quieres que vuelva a estar contigo.Te diré una cosa,tu madre estaría muy feliz viendo que su hijo llora por ella porque eso significa que la quieres.Así que…¡Llora,que eres libre!¡Eres libre de llorar todo lo que quieras! 

Empezaron a brotar mis lágrimas de felicidad de mis ojos.

-Te lo prometo papá,te prometo que nunca,nadie,me cortará las alas.

-Así me gusta mi pequeño.Vuela y…

-Sigue volando-Añadí yo en ese instante.

Fijaos,fijaos en la escena que os acabo de narrar,¿no os llena de alegría y compasión?A mí sí,porque me encantó,me encantó ver el cómo un padre,un pobre padre que su familia ha sido testigo de la esclavitud, consigue encontrar un momento para hacer feliz a su hijo y explicarle todo.Así  que por favor,espero que algún día,sea cuando sea,encontréis una isla y la llaméis ¡LIBERTAD!