un juguete mas

acaricie el frío barandal de acero y observe el paisaje que veía desde aquel balcón, cerré los ojos un momento, mil pensamientos vinieron a mi mente, el roce de sus dedos, su voz en mi oído, sus besos en mi piel… abrí los ojos soltando un gran suspiro, me había dejado llevar completamente por un extraño mas, cubrí mi cara con mis manos, no podía dejar de pensar en ello, había sido increíble; pase mis dedos suavemente por donde sus labios se habían deslizado, sonreí, no por felicidad, sino por lo ridículo de la situación, se suponía que iríamos a celebrar el cumpleaños de una buena amiga, pero las había dejado tiradas por irme con el, desde que lo vi lo sabía y ellas también, me había dado esa fama desde hace mucho; la noche había empezado con miradas furtivas, sonrisas coquetas por momentos y guiños, ya después nos fuimos acercando, mas cuando el me envío un trago a la mesa, después de beberlo tenia que ir a agradecerlo, fue nuestro primer y único acercamiento, que se extendió algunas horas, tomamos algunos tragos y luego fuimos a mi apartamento, desde antes de ir sabia como terminaría, nos acercamos, nos besamos, me acaricio y no le puse limites de donde podían llegar sus manos entonces me levantó y acabamos la noche encerrados en el cuarto, al terminar en la madrugada nos miramos, el tenia una cara de satisfacción, y de alguna manera yo me sentía completa, acaricio mi mejilla, y luego mi cabello y caí dormida en sus caricias; cuando desperté ya no estaba, no había dejado nada, ni su numero, pero tampoco sabia su nombre, fue entonces que caí en cuenta que me estaba convirtiendo en una cualquiera, me sentí entonces vacía como una muñeca, como un juguete mas, pero no me preocuparía, tengo 17 soy joven y por ahora eso da igual.

-kamy ortore-