Quería evitar hacerlo pero lo hizo, no le quedaba otra, aunque no era un delincuente, su hijo necesitaba comer y no lo iba a dudar ni un minuto, entró en la tienda de ultramarinos y empezó a coger la comida que necesitaba.

Los banqueros, los políticos y la gente de poder, habían llevado al país entero a la ruina. Ellos, se enriquecían y el pueblo se sumergía en la pobreza.

Surgían cada vez más organizaciones con la idea e intención de ayudar a toda la gente que se estaba viendo afectada por la crisis.

Sin miedo, con decisión, harto de que lo robaran, cansado de engaños, avergonzado de pedir en las organizaciones y sonrojado ya que desde que era niño no lo había vuelto hacer, se orientó hacia la estantería donde estaban los alimentos de su interés, se acercó, cogió todo lo que pudo sin que lo vieran, se lo guardó en sus partes y se fue hacia la salida para llevárselo sin pagar.

Los que habían metido en la crisis al país y habían parado la economía mundial por su mala gestión, eran rescatados con más dinero. Los que se habían inflado a robar dinero del pueblo a base de “trapicheos”, algunos en la cárcel con condenas irrisorias, otros entraban y al poco tiempo salían y otros ni si quiera condenados. Si todo el dinero que habían robado estuviera en el país y no en paraísos fiscales, el país no hubiera tenido crisis y Jota, así se llamaba, no tendría que estar pasando ese apuro.

Con la comida en sus partes partes para que su hijo pudiera comer y al cruzar la puerta de salida. La dueña le dice a Jota que pare.

-Perdone, que lleva en la chaqueta.

-No llevo nada, mire. Le dijo muy nervioso.

-En el otro lado por favor, debajo de tu camiseta. Le dijo la señora asustada.

No le respondió más y comenzó a correr con la mala suerte de que un coche de la policía nacional que pasaba por casualidad a escasos metros de la tienda, ven a la señora gritar, a jota corriendo, lo persiguen y le dan el alto varias veces hasta que finalmente se detiene. Sabía que si seguía corriendo se complicarían aún más las cosas.

La crisis estaba haciendo estragos en el país y cientos de personas que nunca habían necesitado ayuda de nadie, tenían que acudir a los comedores sociales o reclamaban ayuda a los organizaciones para que se les ayudara a tener la posibilidad de encontrar un empleo. La situación se hacía irresistible y no había una previsión de mejora.

Al bajar del coche, los policías le identifican y lo llevan a la tienda ya que la mujer no paraba de gritar. Al llegar, la señora, ya que le habían robado varias veces y sin cortarse “ni un pelo”, les cuenta que le ha robado y además se inventa de que le había empujado para salir y que casi la tira al suelo. Otro delito más a apuntar por los policías, cosa que al parecer, les resultaba gracioso ya que le habían contado que le meterían también agresión a la policía y desobediencia a la autoridad.

Después de la declaración que hizo la señora de la tienda y sin que Jota se pudiera explicar, lo esposaron, lo metieron en el coche y se lo llevaron detenido a empujones.

Los policías, como casi siempre, se aprovecharon de la autoridad durante todo el trayecto hasta comisaría riéndose de Jota y dándole tortazos cada vez que se quería explicar para que solo le metieran el pequeño robo y no todo lo que a base de risas entre los nacionales y con lo que la señora les había dicho iban a declarar.

Llegaron a comisaría, lo registraron de arriba abajo mientras se reían de sus calzoncillos amarillos, unos calzoncillos bien normales y a saber como serían los suyos. Al terminar con la humillación y con el abuso policial, lo bajaron de malas maneras a los calabozos hasta que a la mañana siguiente pasaría a disposición judicial.

Sin poder en el país, eras “carne de cañón”. Los leones, estaban siempre ahí para comerte y no por capacidad sino por influencias, autoridad o cargos, nunca porque a otros niveles fueran superiores. Era todo abuso.

Llegaba la hora de declarar ante el juez por el robo de la tienda y según lo que declararon los policías, por presunta agresión e intimidación, desobediencia a la autoridad y según ellos también por agresión a la señora.

-Que bien hemos hecho nuestro trabajo, a otro más que hemos jodido, comentaban entre los policías que lo habían detenido.

Jota, lo intentó todo para encontrar un trabajo, incluso había sido asesorado y ayudado por una de esas organizaciones pero ni aún con esas lo conseguía. Tenía cuatro o cinco cv, cada uno para un sector diferente pero no llegaba ni a las entrevistas.

Los voluntarios tenían que ser los perfectos aliados de las organizaciones ya que con la ayuda de ellos podían luchar más fuerte para ayudar a la gente sin recursos, en su gran mayoría a cuenta de la crisis.

La de millones que “los leones”, les habían robado. Dinero blanqueado, no se libraba ni uno, todos robaban, cuanto más tenían, más querían. Donde estaban los ladrones de Jota? Donde estaban sus sentencias y por cuanto tiempo? Porqué no metían en la cárcel a esos que habían gestionado el dinero de la gente de tal manera que no estaba? Porque les ayudaban? Porque no ayudaban al pueblo? Y poque no estaban controlados todos esos policías corruptos que abusaban de la autoridad a diario por el simple echo de tener una placa? El país estaba pérdido.

El juez, dicto sentencia contra Jota, resultado, multa a pagar y tres meses de cárcel a cumplir en la cárcel “la modelo” de Barcelona. Cuando tenía 17 años, ya habían pasado 20, se metió en un problema del cual salió denunciado y al juntarse con este robo de nuevo y según el juez, tenía que pagar una temporada en la sombra.

Jota se preguntaba, si tuviera contactos o un nombre conocido, hubiera sido condenado por esto? Ó estaría ya en la calle?

Estaba hundido, abatido y no le quedaba otra que afrontar la realidad del país.

Los “cleptómanos del pueblo”, se reían y disfrutaban en sus chalets, con criadas, chófer, sueldos vitalicios, mariscadas, buen vino, y todo, sin importarle lo más mínimo el pueblo, lo que ellos estuvieran viviendo y lo que fueran a a vivir, sólo les interesaba su beneficio individual.

Al entrar en “la modelo” sin poder prácticamente ni avisar a la familia, un político importante al que no vale la pena nombrar y que solo había estado dos miseros meses por robo de mas de dos millones de euros del pueblo. Lo dejaban en libertad. Un político que además había estado a todo lujo esos dos meses, separado de los demás reclusos y con celda especial.

A jota sin embargo, lo metían con los demás presos.

Mientras el político se iba, Jota, le gritaba en voz alta;

-Vergüenza os tenía que dar a todos¡, vosotros los del poder¡, los del dinero¡, vosotros si que sois ladrones¡, seguro que estoy más tiempo en la cárcel por robar para que coman mis hijos y encima por vuestra culpa¡, que tú por robar a un país entero¡.

Una gran parte del pueblo estaba viviendo con riesgo de pobreza y exclusión. Los voluntarios luchaban para hacer ver a los poderes públicos que sin una protección social adecuada, no se podría garantizar la dignidad de vida ni el bienestar de todas las personas.

El político al salir de prisión, tenía a su chófer esperándolo con su mercedes y el móvil de la mano para que al entrar en el coche, empezara a hacer de nuevo sus gestiones.

Jota a su vez, se perdía entre los pasillos en dirección a su modulo.(..)

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