Centro de Alzheimer “La Esperanza”
A/a Lucio Santos
BCN 08071
Abuelo, ¿recuerdas? Es Valdesantos. Llegué ayer. Es como nos lo describías. Colinas, encinares, calles empedradas… Pregunté por tu casa y me dijeron que nadie vivía en ella, así que me aventuré a entrar por el corral. ¿Sabes? todavía está la higuera de la que hablabas. Luego entré en la panera. Parecía una cápsula del pasado: todo ordenado, el horno impoluto.
Recuerdo de niña, cuando pasabas unos días en casa, tus comentarios sobre cómo amasaba tu madre el pan. Seguramente pensabas que nadie te hacía caso. No era verdad. Sin abandonar mis juegos yo te escuchaba abuelo. Decías que para que un pueblo sea pueblo debe oler a pan.
Confieso que vine a Valdesantos con el propósito de hacer pan, sentir qué es un pueblo. Compré harina, levadura, sal. Cargué el coche de leña. Pero cuando tenía todo preparado (la masa, la leña lista para arder) fui incapaz de hacer fuego.
Tuve que pedir ayuda. Es fácil hacerlo si te enseñan. Me apenó que no fueras tú. No habértelo preguntado entonces…
Tu nieta.
¿Y qué te voy a contar del pan? El pan, abuelo, el pan me ha sabido a pueblo.
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