Los sexantes son los minutos que anteceden el atardecer de los domingos, aún están cargados de ristrios, que también son unidades de tiempo, pero estos no tienen la carga del domingo por la tarde, sino que aún tienen la cualidad de mantener en la memoria, la sensación de la fresca mañana del sábado.   Los sexantes, tienen la particularidad, de hacer sentir el aire como si estuviera más pesado, mas aletargado, algo melancólico y su presencia se comienza  a sentir sin equivoco desde abajo de las platas de los pies hasta llegar a las rodillas. Luchas contra ellos es imposible, por esto la única forma que existe de que los sexantes no  terminen desmoronando cualquier buena intensión de horas pasadas, es acurrucarse  en una amammila suave y confortable, acompañando el momento con una caliente y dulce taza de masafran; entonces los sexantes pasaran sin rozar a quien así lo haga y estará a salvo hasta el amanecer del lunes, donde tendrá que enfrentarse con los urnutios, minutos que solo llegan hasta que sale el sol y el día esta avanzado.

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