Menuda guasa (basado en hechos reales)

Menuda guasa (basado en hechos reales)

Fue hace unos cuantos meses. Corría una nublada tarde de febrero cuando me encontré con una vieja amiga por los bajos de la Calle Orense… Como llevábamos la misma dirección, comenzamos a caminar juntos y, a los pocos metros, ella empezó a intercambiar mensajes en el móvil con otro amigo común, cuya cabeza asomaba por el artefacto telefónico, cual personaje de tebeo con bocadillo anexo… Yo pensé que sería solo un momento pero los minutos pasaban y ella pin pan pin pan… a la par que seguía hablando conmigo… Debido a la bonanza de los precios en esa época el año, minutos después nos introdujimos en un establecimiento de una conocida cadena textil de origen gallego.. y para mi asombro ella proseguía con la faena… Cuando la dejé, pasado un cuarto de hora, si no me falla la memoria –y ante mi más absoluto horror- aún seguía dale que dale… Y yo me pregunto de qué hablaban… ¿De los precios de las bragas, quizá?

Pocos días después tuve que padecer un par de mofas al respecto de mi móvil, un respetable –a la vez que robusto-artefacto de origen finlandés… al parecer bastante rancio y vetusto para según qué mentalidades avanzadas.

Al principio solían ser grupos de jovencitas, pero últimamente raro es el día que uno no se ve rodeado en el suburbano por personas de toda edad y condición que usan de forma compulsiva su celular para esos menesteres…. Y sobre todo -y lo más grave del asunto-, uno se siente cada vez más acorralado socialmente por esta lacra, y por momentos se llega incluso a plantear participar de ella, so pena de caer en la exclusión más absoluta (ya hay quien no te responde los sms con esa excusa… otros se cachondean con hirientes comentarios, etc…).Pero es tras pasar esos momentos de debilidad cuando suelen venir a mi mente esas personas que hace solo unos cuantos meses se negaban en rotundo a pasar por este aro (que incluso te decían con cara de pocos amigos “yo es que uso el móvil para llamar” si te veían hacer una foto), y que ahora se han convertido en fervientes wasapeadores e internautas a full-time.

El caso es que, según he leído en alguna información aparecida en inicio en mi red social favorita, el fin de semana pasado ha debido de haber algún problemilla con el wasap… y parece que, después de pasar un par de horas sin tener acceso, ello ha ocasionado serios problemas existenciales a más de una persona que ya no podía vivir sin esa necesidad… creada artificialmente, e inexistente hasta hace solo unos meses o a lo sumo un par de años…

Así que, aparte de solidarizarme con ellos, quería darles las gracias por haberse quejado a través de esa vía de esos percances, porque no me hacen sino reafirmarme en seguir resistiendo… Aun a pesar de que Vodafone me siga bombardeando a sms y llamadas todas las semanas ofreciéndome galaxies, blackberries y demás i-phones a precio 0… Y aunque ello suponga no poder amenizar los ratos de wc en el trabajo wasapeando, consultando facebook, marca.eso cualquier otra página de interés: me niego. Me niego a estar conectado, estimulado, enganchado… esclavizado 24 horas al día.

Me pregunto cuál será el próximo estímulo adictivo y la próxima necesidad que nos metan con calzador: quizá un microchip pegado al culo para que tu familia o amigos sepan dónde estás a cada momento.

Si hay alguien que todavía comparte estas firmes y rancias convicciones me haría sentirme mejor y menos solo que me lo hiciera saber… Hasta incluso podríamos crear una asociación, y montar quedadas o excursiones a El Escorial, Toledo o La Granja. Para ello quedaríamos por sms.

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