Mr.Benson

– Al grano hijo, por favor<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />

– Comprendo perfectamente – carraspeó incómodo -; el jefe del equipo médico, me ha informado acerca de su estado de salud, y ya está todo previsto para su internación en la clínica, donde se le iniciara el tratamiento “In Albis”

– Hágame el favor hijo, explíqueme el tema “In Albis”, – le dijo con voz barítona –

– Bien; tratare de ser lo más claro posible. El método “In Albis”, es un tipo de cirugía, donde el único instrumento “invasivo” será, un casco sensorial, conectado a un decodificador informático, que procesará información de cada célula afectada, invirtiendo el proceso de metástasis.

Mr. Benson, se giró con su mentón apuntalado entre su pulgar e índice, acotando escuetamente:

– Borrarán mi cáncer de un plumazo.

– Exacto. Es un tratamiento complejo y efectivo. Esto es más que obvio, ya que nuestro compromiso era devolverlo a una recuperación total. El cáncer, ya no es un verdugo para todos. Ha hecho usted una inversión muy inteligente.

– Para todos? – ironizó- Mire hijo; cuando me entere de mi enfermedad, me dieron un mes de vida, y decidí aceptar formar parte de este proyecto. Reuní a mi familia y me despedí como si partiera a otro de mis viajes de negocios; si a usted le parece eso algo inteligente de mi parte, me lo tomare como un insulto.

– Entiendo que sea un momento muy confuso; pero estaba previsto Mr.Benson

– Confuso, previsto? Mire hijo; seguramente, usted es un profesional, verdad?, y no se moleste en indicarme su especialidad hijo, o en qué coño se habrá licenciado, porque no me interesa; le pregunto para asegurarme de que hablo con alguien con cierto grado de intelecto. Previsto? tengo 67 años, más los 70 años en esa heladera. Edad real, edad virtual; tonterías. Soy un viejo imbécil de 137 años. Si usted piensa que haber invernado, creyendo que manipularía los tiempos y el destino; si piensa que todo esto fue una “inversión muy inteligente”, usted no está más que tratándome a mí y al ejercito de zombis congelados por ahí, de lo que realmente somos: auténticos idiotas hijo.

– Mr. Benson, comprendo..

– Usted no comprende nada, y no lo culpo, está al frente de un negocio y lo importante no es comprender como se siente un viejo descongelado, si no cuantos millones he traspasado a la cuenta de esta fundación hace 70 años; y cumplir lo estipulado; eso es lo que usted debe comprender. En estos casi ocho días, no hago más que preguntarme como pude ser tan, imbécilmente arrogante. Solo pensé en mí mismo. Aunque los milagros de esta modernidad puedan regenerarme tejido muerto, no habrá jamás proceso tecnológico que regenere la moral y la ética, si es que la tengo. Quizá, el error fue dar por hecho que cuando despertara, aquí iba a estar mi familia. En su lugar, tengo el desagrado de conocer a un capullo arrogante de 42 años, mi bisnieto; heredero de una compañía petrolera de las más grandes del mundo, que hoy se dedica a la explotación y distribución de reservas naturales de agua dulce del mundo entero. Yo me hice rico comerciando con petróleo y no soy ningún santo, pero gran parte del agua del planeta, en manos de este energúmeno? El bien más preciado, manipulado por un idiota en beneficio de una horda de gobiernos prepotentes. Y sé muy bien de que estoy hablando, me hago cargo; pero lo mío, era petróleo hijo! – arqueó su entrecejo a modo de resignación -, aunque quizá era lo mismo. Como puede ser que lo ético, y lo moral, retrocedan en la misma proporción en que la ciencia va más allá de lo imaginable?

Sin dejar tiempo a un vocablo de, relanzó su discurso con un gesto elocuente de disgusto

– Este mismo energúmeno, me informa, de la muerte de mi hijo menor, años después de mi “congelamiento”, y el posterior suicidio…- hizo un sentido silencio-, de mi esposa. El mayor de mis hijos y abuelo de este idiota, está congelado aquí, a la espera de alguna solución para la depresión aguda. Todo esto es ridículo. Todo esto es una mierda. Despierto entre gente que se identifica mediante chips; que conduce automóviles maniobrados con su voz; que cura casi toda enfermedad; que tiene hijos a “la carta”; que clasifica y desclasifica genéticamente a sus semejantes. Es antinatural. Mis seres queridos, ya no están aquí.

– Mr. Benson, es normal que se sienta frustrado..– Mire hijo; el único ser, sangre de mi sangre, para no manosear la palabra familia, que poseo, es el idiota de mi bisnieto, al cual ya he mandado a la mismísima mierda. Razón por la cual, el único que escuchará esta patética catarsis post criogénica, será usted hijo, le guste o no: recuerde que el cliente siempre tiene razón. Previsto? – sonrió socarronamente-.Es increíble saber que ahora una persona puede clonarse, y repetirse, perpetrarse, con la propia conciencia de sus características genéticas; o sea, si no entendí mal, como cumpliendo un ciclo repetitivo, que de no mediar una normativa sanitaria que permite solo una cierta cantidad de ciclos, seria eterna. Muchacho, lo más importante no es solo mi vida.

Mr.Benson, procuró una solemne pausa

– Bien hijo; no pienso poner un pie en esa puta clínica. Solo le pido un favor: búsqueme un lugar, si es que todavía existe en esta bola gigante de estiércol, donde crezca hierba de verdad; algún lugar donde se escuchen pájaros, sirvan comida natural, pueda tomar un buen vino, y pueda admirar el atardecer desde mi habitación.

El Dr. Fletcher, le dirigió una sonrisa cómplice. – Cuente usted con el mejor lugar disponible.

– Bien. Discúlpeme el discurso catártico, hijo.

– Ha sido un verdadero placer Mr. Benson

– El placer ha sido mío, hijo. Y sabe que le digo? Creo que la tecnología, es otro ángel caído por estos lares…como si ya no tengamos suficiente con uno. Buenas tardes.

Mr. Benson, salió de la oficina con toda su dignidad a cuestas, tan erguido como cuando entró. La voz de la secretaria, sonó a través del escritorio digital:

– Dr. Fletcher, piden su autorización para la puesta en marcha del proceso de inversión criogénica del expediente NS7312.