34 (La nueva impresión de Dios)

34 (La nueva impresión de Dios)

Jon Fo

03/02/2013

En medio de una cruenta batalla se encontraba el soldado DDoS34, o como solían llamarlo en su anterior vida Benjamin. El soldado 34 tenía en claro que su labor era simple y de bajo riesgo, las probabilidades de ser atrapado eran casi nulas y este tipo de movimiento que pretendía hacer 34 podría decirse que tenía la mayor probabilidad de éxito. Por órdenes de la milicia cibernética, el soldado 34 debía infiltrarse en una multinacional Suiza que competía con sus productos farmacéuticos; el problema, por lo que se iba a llevar a cabo esta acción, era que las empresas locales estaban siendo apaleadas por la eficiencia y los bajos costos con que se presentaban dichos farmacéuticos. Todo estaría bien si esta multinacional hubiera hecho las cosas dentro del marco legal, pero de alguna forma lograban ingresar el país los farmacéuticos sin restricción del gobierno, y eso era contrabando.

Empieza la accion; 34 se encontraba en la planta que contenía todos los servidores de la empresa. El problema era que en esa planta se encontraban 5 servidores. Los datos se fragmentaban en 5 bases de datos, previendo que podrían atacar algún servidor, estos habían optado por guardar los datos aleatoriamente en 5 servidores distintos. Pero solo podía haber una base de datos, pensó 34. Así que lo que debía atacar era el computador del jefe del Departamento de Ingeniería. Pero por cualquier eventualidad dejo unas USB en cada servidor.

34 subió rápidamente al Departamento de Ingeniería, doblo a la izquierda por un pasillo que contenía muchas puertas entreabiertas y cerradas; la del Ingeniero Jefe era la del final. Cuando llego a la puerta dos cámaras se giraron hacia el y una voz inerte de robot le dijo: “Diga su nombre y numero de credencial”

-Mike 3398502

-Acceso denegado, usted no hace parte de este departamento.

Se detuvo un momento a pensar y después de unos minutos se decidió por abrir una de las puertas que se encontraban en el pasillo. Cuando encontró una abierta entro y se sentó frente a la computadora, al encenderla una voz femenina dijo: “Bienvenida Isabella, digita tu contraseña” 34 busco el orificio para incrustar una USB, pero no encontró nada. Busco en las conexiones de atrás; no había nada atrás y en la pantalla tampoco. Después fijo su mirada en toda la oficina y vio una cámara. Entonces la voz femenina hablo de nuevo “¿Eres tu Isabella? Digita tu contraseña ¡Por favor!” fijo su vista en la cámara de nuevo y se dio cuenta que no era exactamente una cámara; por una ley Suiza las cámaras habían sido modificadas, todo por el derecho a la privacidad, y lo que se supondría que tenia que ser una cámara, era un espectrómetro óptico, lo curioso es que en Novartis estos espectrómetros habían sido modificados, y la dichosa ranura USB se encontraba en la supuesta cámara.  34 salió de la habitación en la que se encontraba y se dirigió a la oficina del Ingeniero por segunda vez.

-Diga su nombre y número de credencial

Este se puso de puntitas y logro insertar la USB en la ranura. Espero un momento y comenzó a sonar una alarma “¡Atención, infiltración!” 34 no lo podía creer, su misión parecía que había fallado; pero frente a el, vio como las puertas de la oficina se abrían. Entro rápidamente mientras la alarma sonaba, tomo otra memoria USB y el inserto en otra cámara, donde se suponía le pediría la contraseña. Encendió la computadora e instantáneamente empezó a cargar todo el sistema operativo y cuando ya todo estaba cargado la alarma se apago. No había rastros de que alguien hubiera venido a revisar que había ocurrido en la oficina, no escuchaba nada, así que volvió a la oficina, pero ya no estaba la computadora. En vez de esto se encontraba un muchacho sentado en el escritorio.

-¡Te han atrapado 34! – le dijo este.

-¿Cómo sabes que soy 34?

El chico miro un reloj y presiono unas teclas, después resplandeció una lucecita que se abría camino hacia el techo. En esa luz estaban todos lo datos del soldad DDoS34. – Porque tus datos están en la base de datos del Ministerio de Defensa – dijo el muchacho – Mucho gusto, mi nombre es Trevor. – le dice a 34 mientras estiraba su mano.

-¡Un momento! Tú no eres policía o algo por el estilo. – dice 34

-No, para nada. Soy ciudadano de Novartis.

-Diras, empleado de Novartis.

-Dije, ¡CIUDADANO! Benjamin, te voy a…

-¡Espera! ¿Como sabes mi nombre real?

-Esta en tu base de datos – se frota la cien mientras mira a 34 – deja que hable Benjamin. Ahora tu también eres ciudadano de Novartis, estaba muy emocionado por tu llegada, y ahora que estas aquí se que deseas salir y cumplir tu misión. ¿Y que crees? Yo se como hacerlo.

-¡Tú! – lo mira con extrañeza.

-¿Vez a alguien más? – Trevor alza sus brazos mientras sus ojos miran a varios lados. – Gracias a Dios dejaste conectadas las USB. Porque van a abrir un gran portal para que podamos viajar a ese otro espacio, dimensión… en fin, como le quieran llamar.

-¿Como voy cumplir la misión? – pregunta 34.

-Sencillo – Trevor se acerca a 34 – nosotros somos los datos, así que al salir ellos nos habrán perdido. Lo de robar y destruir lo dejamos para después ¿Vale?

-¿Que locura es esta? – pregunta 34 – me estas diciendo que estoy dentro del sistema.

-Suena un poco loco, pero si. Este es un sistema universal totalmente nuevo. Ustedes nos crearon. Se podría decir que son nuestros dioses, aunque aquí ya cada quien es Dios de su propio universo. Es decir que existe universo, tras universo, así sucesivamente y eternamente.

-De verdad no entiendo, me tengo que ir. – 34 camina hacia la salida de la oficina y se encuentra con el pasillo que es totalmente diferente.

Recorre un poco el pasillo y le grita a Trevor.

-¡Trevor! ¿Que diablos es esto?

-El pasillo… ¡duhh!  Pareces cavernícola Benjamin. ¿Recuerdas el espectrómetro óptico? – 34 asiente – Pues así es como se vive cuando el espectrómetro es quien vigila y alumbra este mundo. Ósea lo que ustedes llaman Sol.   

34 se queda impactado mirando a su alrrededor. ¿Podria ser cierto? se pregunta.

Continuara…

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