Llegar a tu casa y abrir el portátil, netbook, tabletPC o miniPC(como variables adjunto a mi primer ejemplo, “portátil” o PC), y ver en tu increíble pantalla de treinta pulgadas última generación, que no solo tiene visión 3D, sino que es táctil, vamos que te sientes como la increíble Uma Thurman, en Gattaca. Que si no eres apto, eres súper-apto. A continuación parece la increíble nueva versión del último sistema operativo instalado jamás, poniéndote “Hay cuarenta actualizaciones disponibles”, encima, atrévete a no instalarlas… “¿De qué estará hablando?”-pienso.
Pero si este chisme estuviera bien fabricado, no tendría porque poner eso, me refiero y explico más explícitamente. ¿Dios se actualiza con el tiempo? En vez de rezar “El padre nuestro”, rezaremos algo así como “El padre nuestro 8.0 versión beta”.
Y luego todo el santo tiempo que te tiras haciendo la actualización. Añadiéndole el correspondiente reinicio que si no, el ordenador en cuestión no digiere lo que acaba de comer. Además una vez has reiniciado, (que para aquellos que aún nos hemos quedado en la era de ordenadores de hace diez años) al menos diez minutos no te los quita ni dios.
Y una vez ha finalizado dicho proceso informático, te muestra una nota en tu esquina inferior izquierda; “Ha instalado cuarenta actualizaciones, mostrar más, pinchar aquí”.
Cierras, automáticamente, y te dispones a hacer lo que ibas a hacer desde el primer momento que intencionadamente aprestaste el botón de “ON”, que es ver un “tonto” video de youtube, donde sale tu primo segundo, cantando “El yo soy cani”. Y una vez ha terminado los 3:29 minutos de la grabación, te vas al tuenti, al facebook, al twitter…
Lo que yo llamo personalmente; “La vía crucis social”. Contestas, porque, claro, como no vas a felicitar a Manuel, que es su cumple, ves alguna foto nueva, y twitteas algo así como, “Santo Dios, que termine ya el día…” que más que un twitt parece tu última voluntad. O sino no, le das a “Seguir”, o “Follow” (para los bilingües), al Papa o al mismísimo rey si hiciera falta. Al menos que si vas a morir, la extremaunción no te la niega nadie.
Pero como el twitter entraña mayores posibilidades de navegación, te vas al famoso “trendding topic”, que pronuncias semejante vocablo, tu madre, piensa; “¡Traga, Dios mío, que se te hace bola!
Y en vez de saberte los diez mandamientos exclusivos a Dios padre todo poderoso creador del cielo y de la tierra, te lees, las diez primeras tendencias mundiales, como si te importase mucho lo que pasase en Deli, por ejemplo.
Y es que, al caso, mi sociedad, tú sociedad, y él de este caso la de muchos. Excepto los desarrapados, que viven en el lujo. Nos evadimos, manteniendo contacto con Dios, a través de un pequeño teclado, o pantalla táctil. Actualizándonos, simplemente.
Dejando a un lado tecnología móvil, que de eso ya ni hablamos. Gente que cinco minutos sin móvil, su respiración empieza a sufrir breves pausas como si se tratase de un pre-infarto, y a la puerta de la muerte súbita, recuerda; “Gracias a Dios, estaba hablando por él”.
Pues esa gente de a pie, hemos nacido con un PC debajo del brazo, y en nuestra primera comunión nuestro abuelo, que ya tiene Smartphone, smart-TV y tabletPC se ríe vilmente cuando abres emocionadísimo/a uno de los regalitos, y te encasquetan la última tabletPC, aunque no se ríe de eso, sino de que es peor que la suya.
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