….abrí los ojos, los froté y me pareció que llevaba una eternidad durmiendo…No sabía dónde estaba, me sonaba el espacio, me traía recuerdos cálidos pero no lograba entender que había pasado en mi habitación!. No encontraba el interruptor de la luz, recorrí con mi mano toda la pared de la habitación sin éxito hasta llegar a la puerta, la cual tampoco tenía pomo…grité desconsolada hasta que de repente escuché una voz que decía “puerta” y se abrió como si de magia se tratase. Apareció mi madre, pero rara muy rara, llena de aparatos con luces de colores por el cuello, la muñeca y demás partes del cuerpo. ¿Mamá? Pregunté tímidamente, y ella entró en la habitación y me dijo, Todavía estás así? Mira que horas son, “luz”, “cama” y por arte de magia la habitación se iluminó y la cama se estiró sola….no podía creer lo que mis ojos estaban viendo….pero que es esto mamá? Le pregunté desconcertada, ella se acercó, me tocó la frente y dijo, ya estás con algún virus, tendré que llamar a alguien que pueda repararte, y mientras salía de la habitación escuché como decía médico y hablaba con alguien….

Desconcertada me fui hacia el baño, no entendía nada ni me acordaba de ayer, ni de antes de ayer….parecía que el mundo hubiera cambiado mientras dormía, que la tecnología había crecido a pasos agigantados y nadie me había despertado!. Llegué al baño, puerta cerrada, busqué el pomo de forma habitual sin obtener resultado, pero esta vez no me bloqueé, dije ¿puerta? Y esta se abrió…menudo mundo había ahí dentro, por dónde empezar? Una tapa del váter que no se abre, un grifo del agua sin mandos, y un espejo….MI CARA, qué pasó? Un bulto en el cuello me llamó la atención, no me dolía pero tampoco sabía lo que era…y de repente escuché como una voz sonaba dentro de mi cabeza: “marinaaa, el desayuno se enfría, baja ya!”, era…mi madre pero cómo?, empecé a mirar por el techo del baño en busca de unos altavoces o algo similar, pero no encontré nada. Así que decidí ir a la cocina en busca de mi madre para hacerle mil y una preguntas. Camino a la cocina volví a notar una voz que me decía: son las 9, hoy debes estar a las 11 en la biblioteca y a las 15 tienes dentista….Y ERA MI PROPIA VOZ!!! No podía dar crédito a lo q estaba escuchando así que aceleré en busca de mi madre, sin dejar de mirar todos los cambios, cuadros que cambiaban de imagen a los pocos segundos, como si de publicidad se tratase, pero eran fotos familiares, una cosa redonda que daba vueltas por el pasillo y cuando chocaba con una pared se daba la vuelta y continuaba su camino y lo más fascinante de todo fue el llegar a la cocina y ver a mi madre dando instrucciones de cocina a….un robot!. Le decía –el menú de hoy será macarrones con queso y lenguado al horno para las 2-, hombre marina, por fin que no te llegaban mis mensajes? Qué mensajes mamá? Y porqué oigo voces dentro de mí? Qué ese bulto que tengo en el cuello? Qué me sucede mamá? Y rompí a llorar desconsoladamente, la sobre estimulación se apoderó de mí llenándome de un terrible miedo y pánico a todo lo desconocido. Mi madre se levantó y me abrazó. No te preocupes Marina, el médico está de camino, probablemente no hemos acabado con este virus que te tiene de cabeza últimamente así que dejaremos esos antivirus que te recetaron y probablemente nos recomiende formatear, así acabaremos con el problema de raíz. Ven al sofá y túmbate un rato y descansa, pronto estarás mejor. Atónita y con ojos como platos me dejé llevar por mi madre, estaba cansada y ya no quería seguir sabiendo más respuestas, quería cerrar todos mis sentidos porque me sentía saturada, necesitaba procesar todo lo visto en tan solo 15 minutos. Me tumbé en el sofá y me dormí…

Pi-Pi-Pi-Pi…..abro los ojos asustada, miro el despertador, el que tengo hace 8 años, lo apago y enciendo la luz con un acto reflejo, interruptor tengo interruptor! Salto de la cama de un bote y miro la puerta…tiene pomo! Salgo disparada hacia el baño y ahí está la vieja taza, el grifo con sus mandos y los abro…sonrío mientras veo como cae alzando de repente la cabeza para mirar mi cuello en el espejo, no hay bulto y suelto una carcajada!. Voy camino a la cocina y cuando llego allí está mi madre, como cada mañana, preparando el desayuno. Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla. Ella se gira y me pregunta, qué tal dormiste cielo? Y yo le respondo….la mejor noche de mi vida, acabo de decidir que sí que seré  voluntaria de ese curso que decías para ayudar a personas mayores a saber utilizar las nuevas tecnologías!

 

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