La claridad del día filtrada por la ventana no le dejaba ver la pantalla desde la posición en la que se hallaba. Tras una incorporación torpe, acorde con la larga noche acontecida, no evitó seguir el ritual con el que desde hace unos meses despertaba. Se sirvió café, un mejunje de zurrapa y leche fría, abrió el periódico en una pestaña anexa para desviar un poco su atención y se limitó a esperar.
Ya no la buscaba cuando subía al metro, ni perdida en un bar, tampoco que al girar una esquina apareciese ese rostro corriente con el poder de parar en seco su rutina. Ella se ocultaba allí, discreta tras una cortina de plasma con demasiados colores que nunca llegaría a distinguir. Un crítica de cine mordaz que leyó por casualidad fue el desencadenante. Palabras certeras, inteligentes, similares. Le arrancó de cuajo una sonrisa y revolvió su curiosidad adormecida que daba por perdida. Memorizó su nombre y trazó un recorrido con las migajas que le guiaban tras sus pasos. Tuitea sobre política, se expresa mediante instantes fotográficos que retratan media faz, prefiere el rock melódico, Sam Mendes a Fincher, viajó a Casablanca antes que a París…
El mundo ardía en aquella pantalla abierta y da igual de que material estuvieran plasmadas las noticias que la prensa relataba. Seguía ocurriendo.Y respecto a ellos, si lo virtual confunde o decepciona el encuentro físico que se hará inminente, cada matiz o avance de lo vivido quedó registrado. Puede que su imaginación le haya dado forma basándose en algunas premisas y datos difíciles de cotejar en la distancia, pero aquel hormigueo el nudo en el estómago, era físico, era real. Algo desvió su atención del último trago de café. La pestaña anterior parpadeaba cambiando de color, y emitiendo sonidos de aviso.
– ¿Despierto ya? Buenos días perezoso!!! 😀
Allí estaba, un continente distinto y casi podía oler el aroma de sus tostadas.
OPINIONES Y COMENTARIOS
comments powered by Disqus