Sus audífonos nuevos. Su laptop también. La música a todo volumen. Los ojos puestos en Youtube. El teléfono sonando. Él, no le presta atención. Empieza a cantar, primero es quedito y poco a poco sube el volumen. Su canción favorita, su video también. No pudo evitar entregarse al baile. Brinca, sus ojos en las imágenes. El teléfono sonando. Nadie que lo escuche. Él sigue en su ataque de éxtasis. Un sobresalto, cae la laptop. ¿A dónde chingados se fueron las imágenes? Se quita los audífonos. Escucha el teléfono, descuelga. Nadie. Le habían colgado. ¿Quién demonios? No lo sabía. Le habían quitado sus imágenes, se desplomó: muerto.
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