Su barba y su melena expuesta al viento, caminaba pensativo por las solitarias calles de Bogotá.- Serà que moriré como mi bisabuelo en la pandemia denominada gripa española que azoto el planeta en 1918, donde fallecieron 30 millones de habitantes por un virus, que al caer al suelo se esparció por el viento, pegándose en billetes, monedas, pasamanos, comenzó con un catarro, fiebre continua, cansancio, dificultad al respirar, dolor de cabeza y parálisis muscular, y la única defensa de esa época fue el aseo permanente de las manos, comer ajo con cebolla, manzana, limón, jengibre y frutos de sauco.

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