Su barba y su melena expuestas al viento semejan una bandera deshilachada. Náufrago a comienzos del confinamiento, fabrica una balsa para huir de la isla que lo acoge. El horizonte se curva en sus ojos bajo el peso de una interrogación: “¿Seré el único hombre vivo?” Tiene que descubrirlo, y se enfrenta a ello con tan solo un equipaje de nueve letras, eso sí, bien dispuestas entre cuatro sílabas: ESPERANZA.
Un viaje de vuelta, a vida o muerte. ¡Suerte!
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