Su barba y su melena expuestas al viento como esos actores de las telenovelas turcas.
Quedé sin voz al verlo.
Había poco tráfico esa noche en la autopista y llegó él.
¡Amor a primera vista! «No puede ser»_me dije_
Él, tan bohemio, tan seductor…
Aquellos ojos azul noche y la sonrisa más maravillosa que jamás he visto…
Se llamaba Pedro…
Escuché su nombre de la voz de una mujer al bajar la ventanilla y activar el manos libres.
Me entregó su ticket, le cobré y me quedé mirando cómo se alejaba en su coche.
Menos mal que apunté la matrícula.
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