– Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón, así que cerramos el caso.

– ¡Pero se ha ido con todo el dinero!

– No hay de que hablar, tómate unos días libres. Haz algo útil tú y tu chica, qué se yo.

– ¿Qué insinúas? ¿Qué me vaya al Malecón también a por el ron y aplauda al ritmo rumba? ¡Si se ha llevado nuestras perras, macho!

– Somos corruptos. ¿Te enteras? No podemos hacer gran cosa por ahora. Así que dedícate a viajar un poco. Sabes, tío, la calma después de la tormenta en un maldito vaso.

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