El veintidós ya es historia, llevabas u fajo de billetes de 500 euros en tu bolsillo cuando la policía halló tu cadáver en la iglesia.

Dos hijos, dos mujeres y dieciocho años con una doble vida suman veintidós.

El cura juró no conocerte, mientras ocultaba bajo la sotana una pistola del calibre veintidós.

Tu herida era tan grande como su dolor.

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