El veintidós ya es historia. Ese día decidiste seguir tu camino al lado de esa persona nefasta, manipuladora, soberbia.
Me despojaste del placer de disfrutar de mi sobrina y de la familia unida. Que pese en tu conciencia.
Así y todo, el día que reacciones y recorras los kilómetros que nos separan para justificar tu equivocación, te voy a estar esperando con los brazos abiertos, la emoción a flor de piel y el corazón destrozado.
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