El 22 ya es historia, ha pasado sin pena ni gloria igual que los últimos cien días del calendario;

sin descanso ni tregua asesino cada uno de mis recuerdos junto a ti, que siempre sancionaste mis palabras tiernas, mi sonrisa fresca y mis caricias que te prodigaba en forma incondicional;

he dejado de pensar lo que hubiéramos hecho de ser tú un poco más amable, quizás amoroso, más humano conmigo;

ahora que no estás puedo reirme de cosas simples, bailar en plena calle sin sentirme ridícula, decir lo que pienso sin temor a equivocarme,

por fin he logrado superarte!.

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