A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir, pensé aliviado. Ha salido ilesa de la caída.

Siempre he odiado a la gente que deja a sus animales en una gasolinera, o que los arroja por la ventana del coche en un viaje vacacional. ¿Qué tipo de viaje emprende aquella persona que deja abandonada una criatura con la que ha compartido afectos? ¿qué tipo de gente es capaz de aguantar la triste mirada gatuna de la que se intuye abandonada?

El viaje más cruel es el que depara el deleite para unos y la fría soledad para otros.

¡Canallas!

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